Entrevista al señor Víctor Yoma (15-abril de 2020)
Don Víctor Yoma fue un
distinguido empresario de la ciudad de Rio Cuarto, ya retirado de su importante
actividad, pero además, también fue uno de los precursores de la Universidad
Nacional en esta ciudad, dado que su trabajo y coordinación junto a un grupo de
hombres, forjaron ese formidable proyecto hasta que permitieron lograr su
creación.
Su importante labor no
está adecuadamente reconocida por la misma universidad, dado que ideas
políticas de nuevos tiempos desmerecieron la actuación y los logros de todos
esos precursores que lograron consolidar su proyecto durante la dictadura
militar argentina de los años 70.
—La entrevista—
— ¿Señor Yoma . Adónde y cómo fue su niñez?
— Mire yo me crie en Reducción que fue mi pueblo natal, fue
para mí la más lindas cosas de mi vida, me crie en una familia organizada, yo
tenía un hermano menor. Mi papá era un
hombre muy activo, además de comerciante fue presidente de la cooperadora de la
escuela y fue intendente de Reducción, yo de mi padre aprendí mucho. El ayudaba a toda la gente que tenía
urgencias ante situaciones apremiantes y necesitaba solucionar sus problemas. A
cualquier hora los atendía, tenía vocación por ser solidario. Era una persona
muy bondadosa mi padre y ayudaba siempre a toda la gente que estaba con
problemas, inclusive a la gente del campo que perdía la cosecha por tormentas o
sequias, siempre que podía él esperaba el pago de los productos que le
entregaba para la próxima cosecha y le financiaba los insumos sin cobrarle
interés. Yo me crie en ese ambiente de
trabajar mucho y ayudar a la gente.
Era una persona con un comercio importante, también ayudaba mucho a la escuela. El negocio de mi
padre era almacén de ramos generales y además vendía herramientas de campo que
traía de Buenos Aires y de Rosario. Era
muy amigo del intendente de Rio Cuarto, Ben Alfa Petracini, que también se
dedicaba al rubro de comercio. Y bueno yo trabajaba y aprendía con mi padre en
el negocio y tuve la inquietud de aprender a fabricar radios Yo fabricaba
radios a batería para el campo y se vendían mucho.
— ¿Adónde aprendió a
fabricar radios?
— Aprendí por correo en un instituto de Buenos Aires y el
taller de Pepparelli hns. Que estaba en Rio Cuarto, ellos reparaban y
fabricaban radios eléctricas, ahí aprendí mucho. Después yo ingrese en la
Escuela Técnica de la base de aeronáutica de Las Higueras y ahí realicé mi
secundario y me recibí.
— Tuvo una niñez
feliz don Víctor.
— Claro que sí, fueron años muy lindos, la actividad
comercial de mi padre fue muy interesante. Usted sabe que me acuerdo, aún era
un niño, y a mi gustaba mover las bordelesas de vino que venían en camión de
Mendoza, yo las hacia rodar para llevarlas al depósito que las almacenaban.
Eran bordelesas de madera de 200 litros, después mi padre las vendía a sus
clientes, en bordelesas o fraccionado por damajuanas. También le quiero decir
que mi padre tenía una importante estación de servicio nosotros éramos
representantes de la ESO. La estación de servicio ocupaba dos manzanas sobre la
Ruta 8. Yo trabajé mucho en la construcción de esas instalaciones, en gran
medida de joven la dirigía. La estación tenía los surtidores con sus cisternas,
con las oficinas y sala para lubricantes y deposito; también había un salón muy
amplio construido para restaurant que trabaja muy mucho con los camiones que
paraban y para eso había una gran playa de estacionamiento con instalaciones
sanitarias. Yo recuerdo esa vida de
mucho trabajo pero muy linda.
— ¿Cómo llega a Río
Cuarto el proyecto de nuevas universidades?
— Mire, debo decir primero que en el mes de
noviembre del año 1968 en la finca Hamay Huasi, de Chilecito,
provincia de La Rioja, la Academia del Plata, convoca a un coloquio
muy numeroso de destacados y brillantes académicos que plantean
propuestas para el desarrollo del país en diversas aéreas, en el área educativa
le correspondió la disertación al Doctor Alberto Taquini (h), que en ese
momento era el Decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad
Nacional de Buenos Aires, junto con un grupo de docentes y académicos
desarrollaron un proyecto de nuevas universidades. El fundamento principal era
que en ese momento –año 1968- Argentina contaba con ocho universidades
nacionales superpobladas de estudiantes y era necesario descongestionarlas para
lograr una mejor educación superior.
Ahí fue en donde el doctor Taquini, propone “Nuevas
universidades para un nuevo país”. La idea era primero descomprimir la
superpoblación de las universidades existentes, la propuesta era analizar cada
región y diseñar un proyecto de universidades que armonizara con las
características de cada región. El plan presentado tuvo amplia aceptación por
todos los participantes y la presentación del doctor Taquini quedo aprobada.
— ¿Luego de esa reunión
sale un libro?
— Sí, Así es, el autor del libro es el Dr. Taquini y también
colaboraron otros profesionales. Lo edita la Academia Nacional de Educación,
está en sitios de internet. El libro se llama “Nuevas universidades para un
nuevo país”. Entre las propuestas, había una para una universidad en
la zona pampeana con la
perspectiva de ubicarse en Santa Rosa de La Pampa, o en Río Cuarto.
Vale la pena mencionar que aquí en Río Cuarto se
encontraba funcionando la Universidad del Centro, que era una universidad
privada, la cual formó a muchos profesionales. Esto fue excelente idea, pero el
desarrollo de un instituto de enseñanza de ese nivel, requiere de recursos que
no disponían porque el estado nacional no aportaba ningún presupuesto, por lo
tanto resultaba difícil su sostenimiento y expansión. En definitiva cuando
nosotros aparecimos con la decisión del proyecto para lograr una universidad
nacional, la universidad del Centro se sintió molesta y de manera indirecta
acciono en nuestra contra.

— Sr. Yoma. Considero
que es tanto lo que podríamos hablar; porque sé que es tanto lo que usted sabe,
y es muy interesante, más aún, si consideramos que mucha gente no tiene
conocimiento sobre los trasfondos de la lucha por la creación de la UNRC.
En principio le deseo preguntar ¿Cómo nace en Víctor Yoma trabajar en la
Comisión pro Universidad Nacional de Rio Cuarto?
— Bueno, yo tenía mucha relación con el doctor Barbero
quien era el abogado de mi empresa y en ese tiempo era el Secretario de
Gobierno de la Municipalidad de Rio Cuarto. Fue en el estudio de él, me dice
que estaba dando vuelta esta idea de la creación de una Universidad Nacional y
a mí eso me entusiasmo mucho, porque veía en ella la formación de futuras
generaciones de jóvenes y un gran beneficio para la ciudad y su zona. Ahí
recibí la primera información de que estaba el proyecto de crear nuevas
universidades, que había sido diseñado en el año 1968, en un coloquio de
intelectuales y entonces él me explicó sobre el proyecto y me
señaló la labor del doctor Taquini.
— ¿Usted,
quedó entusiasmado con esa idea?
— Por supuesto, eso despertó mi ilusión, uno
soñaba con que en Río Cuarto se instalara una Universidad Nacional, nos hacía
mucha falta.
¿Y cómo se expande
aquella idea?
— Mire, yo lo que sé que en un momento dado, el doctor
Taquini entregó su proyecto a la Presidencia de la Nación, junto con
su libro que había escrito sobre las nuevas universidades y ocurre una
circunstancia feliz. Usted sabe que el Edecán Aeronáutico del Presidente
Ongania, era el Vicecomodoro Raúl Boheler, un militar de la Fuerza Aérea, que
en un momento dado tiene oportunidad de interiorizarse del proyecto en virtud
que estaba el libro de Taquini en la sala adyacente al despacho presidencial
donde el edecán trabajaba. Boheler en intervalos de su trabajo lo comienza a
leer y ahí encuentra que proponía la creación de nuevas universidades, una de
ellas a la que denominaba “Pampeana”, que podía ser tramitada en Santa Rosa de
La Pampa o en Río Cuarto.
El Vicecomodoro Boheler que era riocuartense,
hijo de una familia muy prestigiosa de nuestra ciudad, no perdió tiempo, y
tomó como meta hacer conocer en su ciudad esta gran posibilidad,
así fue como llega a Río Cuarto en un vuelo con un avión de carga de la Fuerza
Aérea, dado que él era piloto, entonces aprovecho la ocasión mientras en la Base de Las Higueras
descargaban el avión, lo fue a entrevistar al Intendente municipal, que era el
Ingeniero Renato De Marco. El Intendente queda sorprendido, porque lo
buscaba una mañana el Edecán del Presidente de la Nación, pero no venía enviado
por el Presidente, y así lo aclaró el visitante, traía una inquietud personal y
entregó el libro con el proyecto del Dr. Taquini al Ing. Renato De Marco y se
fue el edecán quedando a disposición del Intendente para colaborar en lo que
precisara, así es como llegó a la ciudad esta gran idea y nació la gran
inquietud.
— Bueno, don Yoma ¿Y
cómo siguió esta situación?
— El proyecto fue llevado al Colegio Industrial, donde el
Rector estaba de licencia, ya que era el intendente de la ciudad. Pero
inmediatamente fue examinado por el cuerpo de docentes de ese establecimiento.
Los profesores lo analizaron minuciosamente y hablaron del tema, sin llegar a
una certeza de que podía tener eco en
Río Cuarto, se mostraron un tanto escépticos dado que había ya ocho
universidades nacionales en el país. De todos modo la inquietud quedó flotando
en el ambiente y había mucha gente entusiasmada en no desperdiciar la
oportunidad. Ahora bien, sucedía que el día 11 de noviembre, día de la
ciudad, venia el Gobernador Huerta a visitar Río Cuarto por su aniversario,
siendo una buena oportunidad para pedirle colaboración y ayuda de la
provincia acerca del proyecto de la Universidad.
Ante esta situación se hicieron una serie de reuniones en la
Municipalidad, de las cuales fui invitado a participar junto con el doctor
Barbero, que era el Secretario de Gobierno. Para cuando llegara el día de la
Ciudad, el ingeniero De Marco, sugirió realizar una reunión en el Salón Blanco;
al terminar el discurso del gobernador proponía hacer esta reunión con
docentes, empresarios y gente que este en el tema, pidiéndole adhesión y
colaboración para peticionar sobre una Universidad Nacional.
Yo en esa reunión le sugerí al Intendente hacer otra cosa,
que armonice con semejante posibilidad. Le dije al intendente que para mí había
que llenar la plaza Olmos, me dijo que no tenía sentido porque sería imposible,
ya estábamos sobre la fecha y no había tiempo. Yo era un
convencido que era importante informarle a la gente lo que podía llegar a
suceder y quería hacer algo más importante que una simple reunión. Paso por mi
cabeza la idea de que la ciudad hiciera una demostración muy amplia para que
impactara a las autoridades.
Al final salí con aquella idea y yendo a la casa de mi
abuela que vivía cerca de la municipalidad iba pensando sobre los recursos
disponibles y sobre la posibilidad de hacer una gran convocatoria y así fui
meditando la idea mientras caminaba: “la municipalidad tiene imprenta, se
pueden realizar volantes; la emisora se había ampliado (LV16) tenía un gran
alcance; teníamos dos diarios; la posibilidad de seguramente contar con el
apoyo de las instituciones educativas y localidades vecinas…”. El centro
de estudiantes del colegio Normal fue un gran eslabón, teníamos el apoyo entusiasta
de los jóvenes. Para organizar esta demostración necesitábamos a la policía de
tránsito que esté presente ese día, queríamos que todas las instituciones de la
ciudad y localidades vecinas estén en la Plaza Olmos.
El objetivo era demostrarle al gobernador la vocación que
tenía la gente de Río Cuarto para algo de esa magnitud. Yo quería contribuir y
trabajar por esa idea así que me senté al frente de la máquina de escribir y
comencé a redactar lo que llamé “Plan Demostración 1” en donde apostaba lo que
los riocuartenses podríamos demostrarle a nuestras autoridades sobre la
necesidad de contar con una Universidad. Al final, a las horas, terminé mi
propuesta escrita e inmediatamente la presenté y les dije con firmeza y
convencimiento que “podríamos hacer la gran convocatoria”.
Bueno, al final logré el apoyo de las autoridades, y junto a
colaboradores trabajamos mucho en tan pocos días que nos quedaban, solamente
cuatro, en organizar el acto y llenar la
Plaza Olmos, lo que fue todo un éxito porque terminamos reuniendo a más de diez
mil personas. Esto se convirtió en el puntapié inicial que hizo florecer el
proyecto y del gobernador de Córdoba tuvimos un gran apoyo, él había quedado
impresionado con la demostración que habíamos hecho.
— ¿Tuvo una gran
colaboración de muchas entidades?
— Si, la colaboración fue total, los medios de comunicación
dieron todo su apoyo a la convocatoria; el aeroclub de Rio Cuarto difundió con
vuelos de aviones desde el aire el anuncio y la convocatoria a la gente en
Plaza Olmos, además de soltar volantes mariposas invitando al acto. Los
intendentes de localidades vecinas; profesores y alumnos de institutos de
educación; clubes, iglesias. Cooperativas y gente en general demostraba
aprobación, entusiasmo y apoyo. Fue algo conmovedor y el gobernador de la provincia,
Ingeniero Huerta, siempre se portó de maravillas y nos ayudó siempre.
— ¿Cómo ve el futuro
actual de la UNRC?
—Mire la UNRC nació con muchas dificultades pero siempre
contó con un futuro promisorio porque existieron personas muchas veces anónimas
y también no tan anónimas que a pesar de encontrarse con muchas piedras por el camino, trabajaron
con desprendimiento y entusiasmo y así fueron desarrollando objetivos
importantes y llenos de grandeza. Yo
creo que la universidad más allá de esos inconvenientes tiene un gran futuro.
También debo decirle que yo pienso que desde Rio Cuarto en gran medida con la
aplicación del Plan Taquini se modificó para bien, el sistema universitario
argentino, porque se descongestionaron las grandes universidades existentes.
También le deseo expresar que considero muy lamentable la
situación actual, comparada con el desarrollo logrado en los comienzos sin
intervención de la política, yo veo que hoy en día en la universidad se exponen
demasiados pensamientos políticos y eso termina no haciendo bien para la formación de futuros profesionales.
¿Porque me dice que
le pusieron muchas piedras por el camino?
— Bueno, se lo digo porque fue así. Nosotros tuvimos muchas
oposiciones cuando se formó la Comisión Pro Universidad; también cuando vino el
presidente Ongania, sufrimos críticas despiadadas y nos acusaban públicamente
de anti patriotas y eso nos molestó mucho, pero también nos dio fuerza para
seguir trabajando porque nuestro objetivo era noble y patriótico. Ahora bien,
es justo decir que gran parte de la ciudadanía y la región, bridaron el gran
apoyo para lograr la universidad, más allá de las mezquinas conductas de los
opositores.
— ¿Pero por qué los
acusaban de antipatriotas?
— Bueno mire, nos acusaban que nuestra gestión provocaba en
Río Cuarto un sentimiento de humillación y vergüenza, dado que estamos
peticionando en momentos que el país estaba dirigido por un gobierno de facto.
Así es como usted o cualquier persona puede ver la solicitada que nos hicieron
en la prensa local el domingo 26 de abril de 1970 en los dos diarios locales a
página completa y nos trataban de cualquier cosa, con total injusticia.
— ¿Y quiénes los
trataban de esa manera?
— Gran parte fue la dirigencia radical, esa solicitada en el
diario local estaba publicada por la “Junta de Acción Política de la Unión Cívica Radical (Río
Cuarto)”, pero fueron varias las solicitadas que nos publicaron atacando
despiadadamente nuestra labor. También le debo decir que nosotros jamás
trabajamos con ideas políticas ni formábamos parte del gobierno militar, pero
si queríamos la Universidad Nacional para Río Cuarto.
Esto
era una gran necesidad de Río Cuarto y la región, aunque también chocaba con
los intereses de la Universidad del Centro, que funcionaba desde hacía varios
años. Este fue un instituto pionero en la ciudad de la enseñanza superior, que
se creó en base al Instituto Superior de Ciencias a partir del año 1959, pero
lamentablemente no cubría todas las necesidades de la formación superior que se
requería en este punto del país, por lo tanto era un instituto limitado y no
recibía presupuesto de la nación, además los alumnos eran los que se debían
pagar su carrera.
Aquí debemos entender que a la Universidad del Centro no le
convenía nuestra gestión, nosotros entendíamos la situación de ellos pero
también entendíamos que Rio Cuarto precisaba una universidad más amplia, más
formal y gratuita y que les brindara la posibilidad a todos los jóvenes más
allá de su posición económica. La Universidad del Centro no podía brindar esas
posibilidades y su situación económica era muy comprometida dado que manejaba
una deuda muy abultada y debía subir la cuota a sus alumnos para sostenerse.
— Bueno señor Yoma,
más allá de todas las dificultades, al final llegaron a buen término.
— Si, realmente y gracias a Dios, luego de tantas luchas y cuestionamientos logramos
el objetivo propuesto y creo que lo logramos porque era justo y loable, fue
algo fabuloso que le cambio la vida a los riocuartences y permitió que miles de jóvenes humildes de
la ciudad, región y de otras provincias fueran profesionales.
— ¿Usted me puede sintetizar cuales fueron los hitos más importantes
que fueron logrando?
— Bueno yo ya le mencioné que el plan Demostración cuando
vino el gobernador de Córdoba fue el puntapié inicial. Después de eso fuimos en comitiva a Leones
que era la fiesta del trigo y concurría el presidente de la nación. Allá
estuvimos una amplia delegación de más de dos mil personas de Rio Cuarto y la
región, eso fue en marzo de 1970; nos encolumnamos con carteles al costado de
la ruta pidiéndole al Presidente el apoyo para lograr la Universidad. El
presidente tuvo un gesto de hablar informalmente unos minutos y darnos aliento.
Para nosotros fue un gran logro porque él nos prometió que visitaría la ciudad
de Rio Cuarto.
— A final vino el
presidente a Río Cuarto.
— Sí, el Presidente Ongania vino a Río Cuarto, en abril de
1970, y este fue otro hito de lo que usted me pregunta. El Presidente de los
argentinos en un discurso algo improvisado ante la ovación de la gente,
calculada en más de once mil personas, habló desde una ventana de la
municipalidad por varios minutos y en el mimo anunció: “Es muy probable que
tengáis vuestra universidad”. Imagínese, esto llenó de alegría a los
concurrentes y ya se comenzó a tomar muy en serio que lograr la Universidad
Nacional sería una realidad.
Más allá que estos objetivos se lograban, pero había muchos
opositores que trabajaban desde la sombra y quienes se oponían al proyecto
seguramente se movían al más alto nivel para anular el impulso de la futura
universidad.
En ese mismo año, en el mes de octubre, la comisión tuvo la
información muy confiable, que en la próxima reunión del Concejo de Rectores
Nacionales, que se realizaría en Buenos Aires, tratarían el tema de manera
prioritaria porque ya estaba puesto en su agenda y tenían la firme idea de
descartar por absoluto el requerimiento de la Universidad de Río Cuarto.
Nosotros antes esa nueva y peligrosa información hicimos un
operativo relámpago y varios integrantes fuimos a visitar a cada uno de los
rectores en distintas partes del país, llevando toda la documentación y
explicando el problema. Debo decirle también que para este operativo se contó
con el apoyo del aeroclub de la ciudad que puso a disposición nuestra cuatro
aviones para realizar los traslados de manera inmediata a las distintas
ciudades. Fue una operación exitosa, se visitaron simultáneamente las
Universidades de Córdoba, Santa Fé, Rosario, Mendoza, Olavarría y Buenos Aires.
— Bueno fue un operativo exitoso.
— Si, fue exitoso,
los rectores al ver nuestra necesidad y nuestro proyecto cambiaron su
impresión, a nosotros nos dio la impresión que ellos estaban influenciados con
el Ministro de Educación de la Nación que no aprobaba nuestro proyecto.
— ¿Y por qué estaba
en contra ese funcionario?
— Bueno, vaya uno a saber cómo lo habían asesorado.
Aparentemente él apoyaba a funcionarios de la Universidad del Centro y fue
indudable que no veía con buenos ojos nuestro trabajo.
— ¿Y cómo superaron
esa dificultad?
— Esto fue un obstáculo muy significativo que se
presentó. La entrevista realizada al Ministro de Educación de La Nación que era
el Dr. Dardo Pérez Guilhou, se concretó luego de mucha insistencia el 23 de
diciembre de 1969 y fue muy desagradable.
— ¿Y por qué fue
desagradable?
— Fue desagradable porque se presentaron varias desprolijidades:
primero hubo una larga espera para lograr la audiencia y que la delegación de
Río Cuarto fuera recibida, al final como de lástima se le asignó un día
incómodo y una hora inadecuada quizás pensando que no íbamos a concurrir, pero
igual nos presentamos; después el Ministro atendió a la delegación con una
falta de cordialidad absoluta. Al recibir en su despacho a los visitantes ni
siquiera se le dio la mano, ni se los invitó a tomar asiento.
El Ministro se incorporó apoyándose al frente de su escritorio
como para darle más informalidad a la reunión y comenzó a decir cosas sueltas y
muy desubicadas, inconcebibles de una alta autoridad. Hubo cruces de palabras
duras. Tuvo un enfrentamiento con el sacerdote de General Cabrera, el
Padre Miguel Aristimuño, quien integraba nuestra delegación en
representación del obispado de Rio Cuarto, una persona con brillante
corrección y brevemente, cuando pudo, le explicó para que solicitábamos la
Universidad, quien mencionó (aproximadamente): “Señor Ministro, traigo la adhesión de la comunidad católica de nuestra
diócesis y la palabra del Señor Obispo en apoyo de la creación de una
Universidad Nacional en Rio Cuarto, que además de llenar una sentida necesidad
en materia de enseñanza universitaria y promoción económica y cultural, ha de
contribuir eficientemente a lograr la pacificación de los espíritus”. Esto
irritó al malhumorado Ministro quien interrumpió al Padre,
levantando la voz con un exabrupto y le dijo: “qué me viene hablar usted de pacificación de los espíritus, si todos
sus colegas andan por ahí alborotando a la gente…”, en este caso lo
interrumpe con firmeza Luis Raúl Roca, que integraba nuestra comitiva
en representación de la Confederación General del Trabajo y le dice con
mucha firmeza al Ministro mirando también al sacerdote: “ bueno Padre, nos equivocamos, porque aquí
estamos frente al ministro de mala educación. Nosotros venimos a verlo a
usted representando a importantes sectores de la comunidad y no ha pasiones
mezquinas, porque nos anima el afán de contribuir a la solución de los
problemas del país, de manera que no aceptamos reprimendas de nadie por nuestro
proceder”…
Ante la observación de Roca el ministro cambio de proceder
pero de todos modos resultó ser una reunión tensa y desagradable, la mayoría de
los integrantes de la delegación quedamos muy preocupados. Bueno, esto fue a grandes rasgos las cosas
que nos pasaron pero al final el 1 de mayo de 1971 llega el presidente Lanusse.
— ¿Fue muy importante esa visita?
— Si, seguro. Me
acuerdo que fue una mañana lluviosa, pero igual minutos antes de las diez de la
mañana del 1 de mayo de 1971, aterrizó el avión presidencial en el aeropuerto
de Las Higueras, los que recibíamos al presidente estábamos alineados en fila
esperando que junto a su delegación bajaran del avión. Ahí fuimos saludados por
el mismo, cuando llegó mi turno el me reconoció y me dijo mirándome a los ojos “vengo a cumplir porque soy hombre de
palabra, cuénteme de las 25 has.” y
me preguntó brevemente por el campo, yo también muy breve le expliqué al
presidente que estaba a sus espaldas al costado de la Ruta nacional N°8 y
habíamos logrado la donación de 100 hectáreas, lo que dio muestra de
conformidad y satisfacción.
— ¿Usted ya lo
conocía al presidente?
— Sí, yo había tenido una entrevista con él en Buenos Aires,
en donde habíamos hablado sobre cómo conseguir la tierra para realizar la
universidad.
Después de saludar a todas las autoridades el presidente y
su comitiva fueron trasladados por una caravana de vehículos hacia el centro,
era impresionante ver la gran cantidad de gente sobre la calle entre Higueras y
Rio Cuarto que lo saludaba y vivaba.
Toda esta gente, que era una multitud no se cortó, era
impresionante y la plaza estaba llena. El presidente atendió algunas audiencias
y luego firmó la ley 19020 que establecía la creación de la Universidad
Nacional de Rio Cuarto. El acto fue
difundido a todo el país por Radio Nacional donde se escucharon las palabras del
primer mandatario y también las del Ingeniero Luchini, que era el Presidente de
la Comisión Pro Universidad Nacional de Rio Cuarto. Estábamos todos
emocionados, habíamos logrado el objetivo.
— Muy bien don Víctor
Yoma, habían logrado el objetivo.
— Si, fue un éxito, habíamos logrado el objetivo, la
Universidad estaba en marcha pero al poco tiempo aparecieron nuevos nubarrones
que amenazaban su existencia y sentimos mucho miedo.
— ¿Cuál fue el nuevo
problema?
— Mire, al poco tiempo de empezar a funcionar la universidad
y también al mismo tiempo que se construían nuevos pabellones, fuimos advertido
desde Buenos Aires que había un movimiento muy virulento de izquierda que
estaba trabajando activamente y con mucha contundencia para clausurar la Universidad
de Rio Cuarto porque había sido creada por la gestión de la dictadura. Nosotros
trabajamos para corroborar esa información y también advertimos que aquel
movimiento trabajaba en colaboración con personas locales que eran nuestros
enemigos y hacían todo lo posible para cerrar la universidad apenas asumiera un
nuevo gobierno.
En marzo de 1973 fue electa la formula CAMPORA - SOLANO LIMA
, Presidente y Vice de la nación, de manera que cumpliendo lo pactado la
COMISION FUNDADORA dejaría en poder de las autoridades
constitucionales la conducción y desarrollo de la Universidad continuando
con el Proyecto Taquini, pero la amenaza que sentíamos ahora nos
preocupaba y sabíamos que teníamos que hacer algo.
Llegamos a la conclusión de que Un aspecto
clave recaía en conocer quién sería el nuevo Ministro
de Educación de la Nación. Para esto la Comisión elaboró un plan
de acción como era su norma constante y se estableció el
objetivo de llegar con sus inquietudes al más alto nivel institucional para
garantizar la continuidad y cumplimiento del proyecto iniciado el 1º
de mayo de 1971 y no permitir que un grupo de personas trataran de destruir lo
que se había logrado en Rio Cuarto con tanta perseverancia y sacrificio
solamente por sus ideas políticas. Así
fue como decidimos dar el primer paso ante aquella difícil e injusta
situación. que fue de establecer un contacto con el General
Perón vía el Dr. Arturo Frondizi
y simultáneamente con el binomio electo de Campora - Solano Lima.
Yo fui designado por los restantes miembros de
la Comisión Fundadora para entrevistarse con el Dr.
Frondizi, dado que yo personalmente lo conocía. A los días me recibió con mucha
cordialidad el ex presidente y yo le expliqué
la situación y el objetivo. Junto al Dr. Frondizi
se encontraba el Dr. Antonio Salonia que fue un colaborador muy interesado de
ayudarnos en este caso.
El Dr. Frondizi luego de escuchar con
mucha atención lo planteado se compromete con optimismo de ocuparse
sobre el tema y de trasmitírselo a Perón,
indicándonos que le manifestaría nuestra inquietud.
Me dijo que un plazo de quince a
veinte días debíamos llamar al enlace que recabaría
la información a Perón que estaba en España. Y cuando
analizara el requerimiento daría información muy confidencial al señor
Giancarlo Elia Valori, una importante persona de su absoluta
confianza que vivía en Roma y visitaba regularmente a Perón que estaba en
España.
Luego el doctor Frondizi me entrega todos los datos para el
contacto con Valori en Italia, indicando su dirección, (Via Julio Aristide
Sartorio 90 en Roma, teléfono 5136260
y el código postal 00147)
Con estos datos entregados por Frondizi mas su gestión de
apoyo, y respetando los días que debía esperar
para comunicarme, desde el teléfono de mi domicilio en el
barrio Abilene de la ciudad de Río Cuarto, intenté varias veces la comunicación con el
señor Valori en Italia, pero su mucama me informó de la ausencia por viajes y me pidió que
llamara en tres días, que muy probablemente lo encontraría y ella lo pondría en
antecedentes mis llamados.
Al final logré el contacto tan ansiado por los integrantes
de la Comisión Fundadora de la Universidad, y Valori, que
había sido anoticiado por el doctor Frondizi luego de que el
mismo hablara con Perón, me indicó que había una terna establecida, de la cual
uno de ellos ocupará el Ministerio de Educación en Argentina, formada
por los doctores: Raúl Matera, Leopoldo Frenkel y Jorge Taina. Siendo a
posteriori este último el ministro.
Con
esta información la Comisión tomó contacto con el señor Luis Raul Roca, que
era nuestro delegado en Buenos Aires y por suerte era el secretario
Privado del doctor Matera. También usamos otra vía de alternativa
para tramitar gestiones vinculadas a nuestros objetivos, la que
fue canalizada a través del General Miguel Iñiguez, que era el
delegado de Perón, siendo también Iñiguez muy amigo de Luis Raúl
Roca. Con estos contactos y para ganar tiempo se logró concertar una audiencia
por separado con cada candidato indicado por Perón, para mantener la reserva
del caso, que resultaron muy positivas porque todos ellos nos brindaron apoyo.
Posteriormente también logramos una entrevista con el Vice
Presidente electo, Doctor Solano Lima, La reunión se llevó a cabo en
el Hotel Crillon, de la Avenida Santa Fe, en la ciudad de Buenos Aires. En esa reunión participaron:
Nuestro presidente de Comisión pro Universidad, el Ingeniero Alberto Luchini,
junto a Jorge Harriague, Raúl Roca y también estaba yo, todos éramos
integrantes de la Comisión Fundadora.
Se le informó en detalle al doctor Solano Lima nuestra
preocupación, quien prestó especial atención de lo expuesto y
al final luego de hacer algunas preguntas expresó su
total adhesión al proyecto y que estaba dispuesto a mantener la
marcha de la universidad. También nos dijo que iba a trasmitir al Doctor
Campora todas las inquietudes vinculadas al importante
tema instándonos además a que siguiéramos trabajando.
Así finalizó la reunión de un modo de gran cordialidad y
nosotros sentíamos que habíamos generado los anticuerpos para defender a la
recién creada Universidad de Rio Cuarto.
— ¿Y cómo quedaron las diferencias con la Universidad del Centro y
quien solventaba los gastos de funcionamiento de la comisión?
— Bueno mire,
nosotros no generábamos diferencias, trabajamos con mucho esfuerzo y pagando de
manea personal los gastos que se originaban para lograr la Universidad Nacional.
Era un sacrificio importante el que hacíamos; al lograrse esta, que era
gratuita y nacional, la Universidad de Centro quedaba sin horizontes, y esto
era una situación preocupante para los alumnos como también para los profesores
de ese instituto.
Yo sé que ese instituto hizo gestiones para incorporarse por
la retaguardia al nuevo proyecto, así obra en mi poder con fecha 6 de marzo de
1970 la fotocopia de una carta del rector que le envía al Presidente de la
Nación, poniéndole a disposición todo el patrimonio para la nueva universidad,
patrimonio que en definitiva no tenían, solamente una enorme deuda, lo que no
conozco que repuesta habrán logrado.
Esto indudablemente tenía un doble sentido, porque la
propuesta se hizo a la espalda de la comisión nuestra. Por otro lado los alumnos habían realizado
manifestaciones como huelga de hambre y también tomaron la universidad. Ante
esta problemática se hicieron distintas gestiones y se aceptó la currícula de
gran parte de los alumnos reconociéndole las materias aprobadas para que
siguieran sus carreras en la Universidad Nacional, también varios profesores
fueron aceptados en sus funciones en la nueva universidad. O sea se les abrió
las puertas y existió buena voluntad.
— Está muy bien señor
Yoma. A narrado cosas muy interesantes que son necesarias saberlas.
Bueno muchas gracias, me alegro y le aseguro que solamente
pase por los episodios más destacados pero también existieron muchos otros que
por el tiempo y espacio no los mencione.
— Bueno está bien,
quizás en una segunda parte los podremos desarrollar pero ahora mi última
pregunta: ¿Puede nombrarme las personas más destacadas en todas estas
gestiones?
— En principio le debo decir que el alma mater de todo esto
fue el Doctor Alberto Taquini (h) increíblemente poco reconocido en nuestra
universidad. Pero además hubo muchos hombres con labor destacada que fueron los
patriotas de esta monumental obra y en general le debo decir que hubo hombres
con gran talento que entregaron todo como el Ingeniero Alberto Luchinni, El Escribano Aguilar; el Dr Enrique Novo; El sacerdote Miguel Gomila; Los señores Pedro
Sanchez, Luis Raul Roca, Osvaldo Collosa, Jorge Arriague, entre otros más, que
formaron parte de esa legendaria comisión y también yo puse mi granito de
arena. Bueno de esta gente no existe ni una humilde plaquita que los recuerde y
esto es una injusticia porque esos precursores son ignorados.
Pero seriamos injustos de no reconocer la labor de tantos
hombres que dieron todo su apoyo como la familia Remo Re, que donó la tierra de
cien hectáreas donde funcionan las
instalaciones como así también de autoridades como el Ingeniero Huerta, el
Vicecomodoro Boheler que tanto nos ayudó
y tuvo la iniciativa de traer el proyecto a la ciudad y hasta los presidentes
de la nación que más allá que fueron autoridades de gobiernos militares como
Ongania, Levigton y Lanusse, también
fueron los que abrieron las puertas y tuvieron predisposición para que esta
obra se lograra.
— Muchas gracias señor Victor Yoma.
Walter Bonetto
15-4-2020
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