OCÉANO CON OLAS PREOCUPANTES
Todos tenemos esperanzas por nuestra patria y por ende por nuestro futuro. Hacemos votos para encontrarnos en un país serio y con pocas dificultades, pero indudablemente que el mar que estamos cruzando los argentinos se presenta amenazador y nuestro capitán de nave aparenta estar confundido.
En el orden económico nuestro país permanece estancado, con una inflación desbastadora que según el análisis de muchos expertos en economía, puede estar rondando el 50% en el transcurso del corriente año, lo cual no es un problema fácil. Es altamente grave, dado que impide el crecimiento, provoca falta de inversiones, genera desocupación y provoca el cierre de empresas.
Ahora bien, no nos debemos confundir; no todo esto es producto de la pandemia, ni de gobiernos anteriores. También es producto en gran medida de falta de políticas adecuadas del gobierno actual, dado que no se tomaron medidas contundentes sobre estos problemas, al contrario, se continuó con un déficit fiscal alto y se siguió tomando prestamos al extranjero, incrementando la deuda; lo que sigue aumentando la cresta de las olas donde navega nuestro barco con una dirección incierta y peligrosa.
Sí, se puede rescatar como algo positivo la “negociación de la deuda”, aunque lamentablemente se opaca con decisiones posteriores, dado que en la actualidad la deuda pública argentina alcanzó en diciembre próximo pasado US$ 336 mil millones de dólares, superando así en un 4% a los US$ 323 mil millones que debía el país un año atrás, o sea que creció en 13 mil millones de dólares. Así es como seguimos viviendo fuera de la realidad y por más que negociemos la deuda, esta sigue en crecimiento.
El actual gobierno dice que la mala situación económica es producto de la pandemia y del gobierno anterior que dejo al país arrasado. Pero esto no es del todo real, dado que esta deuda monstruosa que hoy padecemos fue en gran medida incrementada por el gobierno de Macri, quien tomó 45mil millones en préstamos, pero también durante la gestión kirchnerista la deuda pasó de 180000 mil millones a 240000 millones. Estamos hablando de 60.000 millones de dólares que dejó aquel gobierno.
Esta tremenda cantidad de dinero que debemos es lo que condiciona nuestro futuro. Es un océano con olas preocupantes y amenazadoras que no lo podemos sortear.
