jueves, 24 de junio de 2021

 

                                 Por los sederos equivocados

 

No es posible no hablar de política por estos tiempos ante una argentina tan desestabilizada en lo económico y en lo social. Se está usando la dolorosa situación de duelo, causada por la epidemia ante la muerte de miles de argentinos, para avanzar sutilmente en la desestabilización de la república y avanzar a pasos agigantados. Seguramente que los males de nuestra nación vienen desde hace décadas pero no se pueden corregir los mismos desarmando instituciones, al contrario precisamos fortalecerlas, mejorarlas, corregirlas y nunca desestabilizarlas.

Ocurren en el país por estos tiempos una serie de acciones que nos hacen pensar que no hay buena intensión en la política gubernamental y da la sensación que los ciudadanos argentinos estamos siendo llevados de manera adrede hacia un país con ideas comunistas, que en definitiva no tiene aceptación en la gran mayoría de la población. Y justamente “la población” es el camino, es el combustible para que la nave del gobierno actual, alcance su objetivo y los gobernantes lo están usando arteramente.

Esa población resulta ser muy maleable y aunque miles de personas protesten de manera esporádica, saben los gestores revolucionarios que eso no alcanza y tienen grandes posibilidades de ganar por insistencia ante la debilidad por la falta de organización y la incredulidad de millones de ciudadanos que deben ser sometidos a un nuevo sistema de gobierno. Un cambio que terminará resultando muy doloroso.   

Es un camino perverso, en donde a diario se observa que el gobierno demuestra la clara intención de confundir valores y tratar de modificar esquemas de poder para retorcer a las instituciones tradicionales de la nación y ponerlas a su medida, en donde es indudable que con este accionar  la república se pone en peligro y aquí se pone en peligro el verdadero pensamiento de la libertad y la justicia, pero también se pone en peligro el trabajo, la salud, la educación y la dignidad de los habitantes de una nación.

Esto no es una crítica, es expresar una realidad que aunque la traten de negar, se observa, en donde parece que millones de argentinos no advierten o son indiferentes y lo más lamentable es que, cuando realmente lo comiencen a advertir sea demasiado tarde, porque las modificaciones profundas que se realicen en la justicia, en la educación, en la salud y en otras áreas, dejaran a la nación endeble y así permitirán lograr los objetivos de cambiar a argentina.

Ya se vislumbra claramente el alineamiento del país hacia países de izquierda con ideas disparatadas de la realidad y del orden. Es así como vemos que el gobierno actual apoya al terrorismo de Hamas; a la condena de candidatos opositores en Nicaragua, al apoyo incondicional a la dictadura de Venezuela bajo el régimen de Nicolás Maduro; el guiño de aceptación del gobierno sobre los ataques sutiles pero potencialmente peligrosos a  la propiedad privada, con la toma de propiedades en distintas provincias. Todo esto, que son solamente algunos ejemplos, es la antesala que en definitiva se presenta para encarrilar a una sociedad sobre un sistema totalitario y de izquierda que traerá consecuencias muy lamentables.

En estos últimos años al país le fue mal y por estos días nos va peor, dado que a diario existen desinteligencias de nuestros gobernantes que permanentemente hacen dudar más sobre el buen futuro de la nación. Se está luchando con una epidemia atroz y mortal que cada día se cobra la vida de miles de compatriotas; empresas a lo largo y ancho de la república que cierran sus puertas y despiden empleados; otras empresas que se van del país porque no logran seguridad para su desarrollo, provocan enormes fugas de capitales y escriben a sangre y fuego que Argentina es un país  no confiable; niños y adolescentes que no reciben educación; políticos totalmente desunidos que no ponen de acuerdo sus ideas para lograr objetivos de grandeza que favorezca al país ; funcionarios procesados por la justicia pero en plena gestión de gobierno; un costo de vida que cada día condena más a los que menos tienen. Todo esto forma un paquete de desesperanza que se torna tan peligroso.  ¿Cuál será la solución ante semejante drama? Es posible que la única solución está en las próximas elecciones en donde los ciudadanos sean capaces de poner de pie a la nación.

 

Walter Bonetto

24-6-2021    

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