martes, 31 de marzo de 2020

MOSCONI


                                       MOSCONI
Nació en Buenos Aires el 21 de febrero de 1877. Hijo de Enrico Mosconi, un ingeniero italiano dedicado al tendido de vías férreas y de María Juana Canavery, una argentina de ascendencia irlandesa. Creció en su ciudad natal. Al finalizar la escuela primaria, ingresó al Colegio Militar de la Nación y se graduó de subteniente de infantería el 20 de noviembre de 1894, a los 17 años de edad. Posteriormente el ejército lo envió a prestar servicios al  Regimiento 7 de Infantería en Río CuartoProvincia de Córdoba, y comenzó en ese destino a escribir un "Reglamento para la Infantería en Campaña", con detalles sobre el manejo de explosivos e instrucciones para construir puentes.
Años después de estar en Rio Cuarto, fue ascendido y trasladado a Buenos Aires, donde empezó la carrera de Ingeniería. A partir del año 1898 y por su inclinación sobre el tema, este joven oficial fue designado a integrar un equipo técnico para realizar estudios topográficos en la cordillera de los Andes y luego en la Patagonia para establecer un tendido ferroviario en la provincia de Neuquén. Mientras realizaba estas actividades continuaba sus estudios de ingeniería en la Universidad de Buenos Aires donde se graduó en 1903 como ingeniero civil.  
Años posteriores integra una comisión a Europa visitando Bélgica, Alemania e Italia, para analizar y adquirir equipamiento de energía hidroeléctrica que necesitaba el ejército.  Estando en Alemania fue seleccionado para realizar un posgrado de cuatro años de duración y lograr una alta especialización en la Escuela Superior de Charlottenburg. Luego de graduarse en aquel establecimiento, regresa al país continuando con su carrera militar y años posteriores fue designado jefe de la división Aeronáutica del Ejército.
Con el grado de Coronel y unos meses antes de ser nombrado Director de Yacimientos Petrolíferos tuvo un enfrentamiento significativo con el gerente propietario de la empresa norteamericana West India Oíl Co., la única que vendía nafta de aviación, dado que la misma se negó a suministrar el combustible aeronáutico sin pago adelantado a los aviones del ejército, lo que terminó imposibilitando una actividad aérea prevista.
El Coronel Mosconi con gran preocupación por lo acontecido, se presentó en la oficina del gerente de aquella compañía, anunciando su preocupación y le reclamó con mucha corrección y valentía, el porqué de la negación de la empresa a cargar combustible a los aviones. Para nada quedó convencido con las explicaciones del gerente, a las que replicó que el estado nacional no le debía un centavo a la empresa y que era injusta la actitud tomada y además impertinente. El Coronel se retiró angustiado por lo sucedido y pensó que había negociados que él no conocía pero condicionaron la actitud de negación.  Fue ante esta situación que se juramentó -según lo cuenta en su libro- que argentina debía tener su propia producción y no depender de empresas foráneas.
El 16 de octubre de 1922, Mosconi fue nombrado en base a sus conocimientos y preparación,  por el presidente de la República Argentina, que era el Dr. Marcelo Torcuado de Alvear, como  Director General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), cargo que ocuparía durante ocho años, dedicando grandes esfuerzos para incrementar la exploración y desarrollo de la extracción de petróleo.
Fue un director con una visión muy amplia e independentista de la importancia del petróleo y trabajó de manera personal con mucha tenacidad y constancia, junto a un equipo de técnicos e ingenieros en la labor de investigación y desarrollo sobre la destilación de lubricantes para el país, demostrando una capacidad extraordinaria para organizar y hacer expandir a la empresa, lo que le valió el gran apoyo del Congreso de la Nación. Ahora bien, esta situación no dejaba de incomodar a intereses privados vinculados con estas actividades manejadas muchas de ellas por grandes empresas extranjeras.  
Durante la dirección de Mosconi el progreso de la empresa argentina fue algo extraordinario, YPF construyó la gran destilería de La Plata, y logró una flota de transporte naval con buques tanques para mover el petróleo desde los yacimientos a la destilación, lo que permitió un aumento importante de la producción y fue así como se logró triplicar la elaboración de petróleo en argentina e independizó al país de las compras de naftas al extranjero, incluidas las de aviación. La destilería de La Plata es aun en la actualidad uno de los complejos más importantes de América del Sur y además está considerado como un gran establecimiento industrial de lo más dinámicos de la República Argentina . Tiene una capacidad de refinación de doscientos mil barriles por día. Cuenta, además, con una planta de elaboración de bases lubricantes, parafinas, extractos aromáticos, asfaltos y productos petroquímicos
Toda la obra muy visionaria de Mosconi fue un gran avance, pero realmente no todo lo que brilló fue oro, el país vivía una peligrosa inestabilidad política y en 1930 sufrió la república un mazazo demoledor que terminó con la caída del Presidente Irigoyen y con las nuevas autoridades nacionales. Mosconi fue tremendamente cuestionado y rotulado como “el enemigo principal de las empresas extranjeras”. El poder ejecutivo y varios ministros fueron presionados para que lo sacaran a Mosconi del lugar que ocupaba y que le restaran impulso y expansión de YPF. Así fue como el presidente de la nación relevó de inmediato a este científico patriota argentino, lo citó a la casa rosada y se le ordenó que debía concurrir a Italia para realizar estudios, lo que fue exactamente un destierro disfrazado, dado que la expansión de los yacimientos nacionales y la capacidad de este hombre molestaban enormemente a empresas de capitales privados extranjeras que querían vender combustibles en el país y explotar recursos económicos de manera abusadora.  
Las medidas que tomó el gobierno fueron desastrosas para el país y para el estado de ánimo de este brillante general de la nación y su estado de depresión le provocó una amargura extrema. Pasado un tiempo regresa al país con la esperanza de mejorar su situación, además ya no era presidente el General Uriburu, ahora estaba el General Agustín P. Justo. Tenía entonces un hilo de esperanza, pero se le borró esa ilusión cuando el nuevo presidente lo designó en un cargo protocolar en el ejército como “Director de Tiro y Esgrima”. Esta situación que para él era como una burla, dado que no estaba acorde con lo que había luchado y preparado durante toda su vida, le hicieron perder todas las esperanzas de volver a trabajar por la grandeza petrolera de argentina. Fue así como este gran hombre queda derrotado, vencido, no pasando mucho tiempo fue retirado del ejército y falleció el 4 de junio de 1940.
Argentina perdió a un gran científico y un brillante patriota. Mosconi murió en la humildad, pero además de demostrar su extraordinario talento y honestidad en toda su trayectoria, también demostró de manera permanente grandeza y desprendimiento y dejo un legado de ejemplo y dedicación a la patria.  

Walter Bonetto
31-3-2020

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