Encrucijada para el gobierno actual
Según
recientes declaraciones del Presidente Macri, que hicieron publica distintos
medios, manifestó que “Después de 16
años, la Argentina salió de la emergencia económica que había sido establecida
por primera vez el 6 de enero de 2002 -en medio de una crisis política,
económica y social sin precedentes- y prorrogada cada dos años por los
gobiernos que se sucedieron desde entonces”.
Pero más allá de estas declaraciones, la
situación económica del país no es de la
más alentadora, dado que si bien el gobierno actual dice que “bajan los
precios”, esto no se observa para nada en la realidad diaria de un trabajador.
Es justamente el mismo gobierno que al
lugar de dar ejemplo, es el primero que provoca inflación aumentando tarifas,
combustibles, peajes e impuestos, lo que
genera una situación demoledora para el bolsillo de los asalariados de bajos
ingresos.
La inflación de
Argentina es un cuento de nunca acabar y los “formadores de precios” abusan de
situaciones favorables para establecer márgenes de ganancias desproporcionadas
que deben soportar incautamente los consumidores, dentro de los “formadores de
precios” el estado es el abanderado y si este no es mesurado y cauto el
descontrol cunde. Que es lo que está sucediendo en nuestro país desde hace
décadas.
Indudablemente que este es un país desordenado en todos los aspectos de su economía como lo
es también en todos los aspectos de su administración, causa por la cual ha permitido tanta
corrupción y desorden, consecuencia clara que gran parte de los gobernantes
abusaron del poder y se mezclaron en
acciones incorrectas que favorecieron los actos ilícitos.
Ante esta situación hoy la justicia, con aires favorables
toma acciones correctivas, las cuales generan un enorme costo político al
actual poder ejecutivo. Así es que observamos algo insólito en Argentina, el
encierro de altos funcionaros en la cárcel sospechados por corrupción,
quienes manifiestan a todas voces que
son “presos políticos” pero la sociedad
sensata en general se da cuenta de que
son personas que cometieron acciones delictivas estando en sus funciones de gobierno y se
olvidaron que juraron por la patria en el momento de asumir cuando aceptaron
que si no cumplían con sus funciones
“…Dios y la Patria lo demanden”, bueno ahora la patria los está
demandando acusándolos de corrupción y
ellos tienen la posibilidad de demostrar su inocencia ante la justicia.
Concretamente, no son presos políticos, son personas acusadas de actos
delictivos.
La corrupción que cometen nuestros gobernantes la paga todo el
pueblo y la paga sin piedad no podemos
olvidarnos que en el año 2002, la pobreza había alcanzado al 49,7% de la población y la indigencia al
22,7%. Con un desempleo del 40,2%.
Si bien hemos avanzado sobre este
tema tan acuciante, aun a la fecha la pobreza es muy alta y alcanza al 28,6% de la población según el
Indec y al 31,4 según el Observatorio de la UCA; la indigencia, al 6,2. Y el
desempleo está en el 8,3% de la población.
¿Será capaz el gobierno actual de revertir esta situación y bajar por lo menos en un 80% el índice de
pobreza y desempleo? ¿Será capaz la Justicia
Argentina de juzgar con ecuanimidad a
las personas acusadas de corrupción y encerrar a los ladrones y
delincuentes que estafan a los
ciudadanos de honestidad y trabajo, más allá del signo político al que
pertenezcan? Si esto se da en nuestro país con firmeza y decisión indudablemente que vamos camino a la república que es lo que millones de ciudadanos aclaman.
Walter Bonetto
8-1-2018
walterbonettoescritor@gmail.com
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