Argentina
preocupada
Visto lo que ocurre
por estos días en nuestro país, lo cual no es nada nuevo y es “lo que
supimos conseguir”. No se trata de tomar
parte pensando en “si lo queremos al
actual presidente o no”; estas son miserias que marcan una peligrosa pasión y
prejuicios y no hacen otra cosa más que condenar el progreso y la esperanza de
nuestra nación y también hacen florecer las terribles miserias de miles de
personas.
Los ciudadanos somos responsables y debemos tener la
vocación de cuidar la democracia y no solamente de cuidarla, sino de
perfeccionarla, hacerla creíble y consolidarla,
porque solamente esto es el camino de la república que precisamos encontrar todos los argentinos
y realmente, hasta ahora, no lo hemos encontrado.
Ahora bien, nos podemos preguntar ¿qué es encontrar la
república? Encontrar la república es todo lo contrario a destruir
la nación, cosa que, quizás en gran medida inconscientemente, venimos haciendo los argentinos desde hace
décadas, y lo hacemos por indiferentes, por permisivos, por violentos, por
corruptos y así seguimos transitando un
rumbo equivocado que lo mantenemos con gran perseverancia y al lugar de
construir, destruimos o permitimos la destrucción progresiva a nuestra nación y
por ende a nuestro futuro. Es como si no nos importara lo que tenemos.
Si entramos en detalle debemos decir que a nuestra
república la venimos destruyendo con
gran virulencia desde la década del treinta
con el derrocamiento del presidente Irigoyen, y ahí continuamos por ese
sendero equivocado sin darnos cuenta de
una vez por todas que debemos despertar, porque precisamos unirnos y ponernos de acuerdo
sobre qué país podríamos construir entre
todos, pero estamos encaprichados en la pasión política y perdemos la gran
posibilidad del éxito porque siempre accionamos para el fracaso.
Hay miles de palabras de aliento que levantan argentinos
criteriosos sobre este tema, porque se
dan cuenta que esta situación decadente por la que transitamos siembra un camino negativo, perverso, y no son indiferentes; pero también
es justo decir que hay millones de seres
indiferentes, que aceptan y permiten
cualquier propuesta virulenta, sin
interesarle la esencia del problema y
terminan siendo incautamente arriados por los violentos, agrandando así la enorme grieta que tiene esta nación,
la que se debate ideológicamente con
total injusticia, entre lo que mal se llama
neoliberalismo y entre los que simpatizan con la ideas de
izquierda y la presentan como una solución de vida, sin darse cuenta de los
enormes fracasos e injusticias sufridos en todo el mundo producto de esos sistemas;
por lo tanto ninguna de estas dos
propuestas tienen la razón ni son dueñas de la verdad.
Nada han resuelto en la humanidad las propuestas comunistas
ni revolucionarias, al contrario fueron absoluto sinónimo de decadencias y muchos
casos de terribles crímenes y persecuciones ideológicas que avasallaron a los
derechos humanos de millones de hombres, mujeres y hasta niños, el ejemplo es
lo que a diario vemos sobre lo que ocurre en la república hermana de
Venezuela, como miles de familias escapan de ese país. Podemos ver también en la actualidad que países como Rusia y China
se dieron cuenta del fracaso político y tuvieron que optar por economías capitalistas
para progresar porque el sistema
comunista no funcionó, así vemos como
ahora hay gente humilde en China que invierte en la bolsa de comercio y compra
acciones en empresas privadas y esto ocurre en la patria del proletariado, en
donde se observa claramente que los comunista se están volviendo capitalistas.
Es así como el mundo va cambiando y sepultando ideologías. Es necesario
entenderlo.
En el medio de estas enormes diferencias citadas, hay una enorme franja de ciudadanos que pretenden otra cosa, que quieren trabajar
sin vivir del estado, que no pretenden tener pasión política descontrolada, que quiere educar a sus hijos y que quiere tener una vejes digna y
protegida, objetivos que están altamente amenazados y son en muchos casos
inalcanzables y es así como esa gran
franja de la población queda enormemente confundida y sin esperanzas.
Los grandes países capitalistas seguramente que han cometido
enormes errores y los siguen cometiendo
provocando grandes diferencias y
despojos a las sociedades en muchos
ordenes de la vida, porque permitieron la formación desmedidas de inmensas y monopólicas empresas que con sus influencias y patrimonios fueron
también influyendo en los poderes de muchas naciones, sometiendo y dominando a
gran parte del pueblo para beneficio propio.
Por otro lado la doctrina comunista que se expresó como una tabla de
salvación pero terminó siendo un terrible método dictatorial de esclavitud y
condena que no triunfó en ningún país, donde solamente se vio a una sociedad sometida
y dominada sin progreso de ningún
tipo.
Nuestro país se
debate en ideologías absurdas y en
diferencias injustas y vergonzosas al
lugar de unirse prudentemente con inteligencia para consolidar a la nación,
creando un país libre, sin violencia y
sin corrupción, para darle así el futuro
que se merecen las nuevas generaciones.
Por lo tanto es necesario que cada argentino despierte y que
vea la realidad del mundo. Que luchemos cada día por el trabajo, trabajando; por la educación, estudiando, y que esta última sea
verdaderamente educación y no adoctrinamiento, para así enseñarles a pensar con libertad a los
jóvenes.
Por lo tanto es
posible que los argentinos debamos cambiar y pensar mejor, con mayor
ecuanimidad para que así nuestra patria posea trabajo, salud, educación,
justicia y seguridad; para que cada hombre y cada mujer sepa rechazar a los
corruptos que causaron nuestra atroz
decadencia y a los violentos que generan el caos que no nos merecemos. Este es
el camino para encontrar a la república.
Walter Bonetto
martes, 26 de junio de 2018
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