miércoles, 5 de junio de 2013

Día del Escritor

   El día 13 de junio de 1874 corresponde al natalicio de Leopoldo Lugones, ocurrido  en Villa María del Río Seco, localidad de la provincia de Córdoba. Vale la pena recordar a este distinguido hombre que logra ser  un escritor con una obra literaria  muy reconocida nacional e internacionálmente,   pero también fue protagonista de  una vida política muy  cuestionada que marcó enormes altibajos  en su trayectoria y terminó en gran medida opacando su personalidad.

    Gran admirador de Domingo Faustino Sarmiento pero con ideas políticas más inestables.  La obra de Lugones traspasó las fronteras y los tiempos  por su importancia. Inició su actividad literaria en Córdoba publicando poesías, luego se traslada a Buenos Aires en donde tenía aspiraciones de ser un revolucionario, con ideas socialistas y anticlericales. Pasaron unos meses  y se une a la masonería  y luego   a un grupo de destacadas  personas vinculadas al partido socialista. En Buenos Aires  funda junto a José Ingenieros el periódico “la Montaña”, luego escribe para el periódico “La Vanguardia”, entre otros. En esta actividad  se vincula directamente con escritores y pensadores de renombre, además de José Ingenieros, Manuel  Baldomero Ugarte, Roberto Pairó y  Rubén Darío,  poeta nicaragüense y  representante del modernismo latinoamericano.

    Todo este vínculo de prestigiosos escritores, le sirvió junto a su talento  para consolidar su prestigio e ir amalgamando su obra logrando mediante estas influencias ingresar al periódico La Nación. Su primer libro lo publica en 1897 “las Montañas de Oro”  y desde aquí va sumando  a su carrera literaria obras de prestigio que fueron  jalonando su trayectoria. En los primeros años de 1900 publica “Crepúsculos en el Jardín”,  luego vendría “Lunario Sentimental”  y “Las Fuerzas Extrañas”,  que seguirían dando continuidad  a su tesonera labor  y demuestra en aquella década  su inclinación y talento por escribir cuentos de narrativa  breve  de misterio, muy influenciado por la cultura rioplatense,  en donde varios escritores  como Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar aceptan  y admiran sus referencias  por su estilo y formas que le va  dando a su obra.

    En 1915 Lugones fue Director de la Biblioteca Nacional de Maestros;  en 1926 recibió el Premio Nacional de Literatura y en 1928 preside la Sociedad Argentina de Escritores, institución de la cual había sido su creador.  Más allá de su carrera literaria tan rica e   importante compuesta por  narrativa como la “Guerra Gaucha”, su novela “El Ángel de la Sombra”;   y poesía, como “los Mundos”, “El Romancero” etc.  además de  centenares de artículos formativos y comprometidos con la vida política del país y las tradiciones argentinas, no le faltaron controversias en su carrera por su estilo tan cambiante en el pensamiento de las ideas políticas.

   Lugones exaltaba un espíritu nacional basado en la obra de José Hernández  “El Martín Fierro” y constantemente daba conferencias sobre lo que era su obra y su pensamiento. Pero justamente aquí, en su pensamiento, es donde muestra sus grandes incoherencias  basadas estrictamente en su accionar político. El de joven había sido un anarquista, luego fue socialista influenciado por tantos intelectuales que admiraba,  pero con los años se va desencantado de  esas ideas y su personalidad va cobrando un giro hacia el nacionalismo, inspirado quizás por factores europeos  y no duda en manifestarlo en las tribunas que levantaba haciendo una predica de las mismas lo que empieza a desencantar a innumerables seguidores  provocando un contundente  rechazo y cuestionamiento  a su persona desde los sectores del socialismo argentino.

    Así se llega al inicio de  la década del 30 en donde el talentoso escritor argentino es ferviente animador del general Uriburu e influye sobre el mismo para   promover de la caída del presidente  Irigoyen  en que se provoca la hecatombe Argentina y la perdida de la república con aquel tan nefasto golpe cívico militar. Aquí  estaba comprometido el mismo Lugones que predicaba “la hora de la espada”;  que veía al comunismo como al gran enemigo, convencido que a la república la salvaban los militares y la iglesia. A partir de aquel momento de la revolución la vida de Lugones fue más severa que antes. Es posible que se haya dado cuenta que lo logrado  no salvaba la república, al contrario, se habían convertido aquellos hombres con sus pensamientos golpistas en  los sepultureros de la nación; la habían condenado al fracaso, lo que de hecho existió.  Así fue como  miles y miles de personas y estudiantes aplaudieron aquel nefasto golpe, sentando con el mismo  al primer dictador de la historia Argentina. A partir de aquel momento los golpes militares perduraron por medio siglo desquiciando el futuro de millones de ciudadanos.


    El 18 de febrero de 1938 Leopoldo Lugones  en un lugar llamado “El Tropezón” en el Delta del Tigre de la provincia de Buenos Aires, lamentablemente se quitó la vida ingiriendo una copa de whisky  con cianuro.  Sus ideas políticas no fueron acertadas y hasta el presente generan enormes controversias   por sus tremendos altibajos;  mientras tanto  su obra literaria perdura en el tiempo y su figura es   meritoriamente reconocida convirtiéndose  en  uno de los más grandes hombres de letras argentinos. 

    La causa de su muerte no se la conoce con exactitud,  pero se puede sospechar claramente que había un arrepentimiento  muy profundo sobre la conducta de sus ideas políticas  y además también en su vida aseguran que había aparecido un gran amor de una joven mujer que le perturbaba severamente sus días. Las letras argentinas y de Sudamérica perdieron aquel día a un gran escritor.


Walter Bonetto
4 de junio de 2013
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