sábado, 18 de enero de 2014

Una aerolínea que no levanta vuelo

Muchas veces queda la impresión   que es muy fácil criticar observando las cosas que les preocupa a la sociedad sin estar en el conocimiento del problema, pero lo cierto es que si no es advertida la realidad que se observa desde el punto de vista  critico constructivo, en la mayoría de los casos   ese problema terminará impactando a la sociedad de manera muy negativa sin que nadie de los responsables de su ejecución acuse las anormalidades, por las cuales termina pagando el pueblo con enormes sacrificios traducidos en inflación y mayores impuestos.

Seguramente que todos los argentinos, o la gran mayoría,  tenemos en mayor o menor grado el corazón puesto para que nuestro país tenga una aerolínea propia;  pero lo cierto que hacer andar por los aires una flota de esta características es algo que requiere una inversión de capital muy significativa, junto a   una  prolijidad de planeamiento y operación profesional que están muy lejos de nuestra realidad, la  que todo lo contrario,  se muestra totalmente improvisada y desorganizada.

Se ha usado el rotulo existente  de “Aerolíneas Argentinas”, que ha tenido sus épocas de glorias en décadas pasadas, y sus épocas de infortunios en otras más reciente,  con el propósito de lograr objetivos políticos, en donde un grupo de jóvenes militantes asumieron un desafío a seguir sobre un tema muy sensible a  miles de argentinos, de reflotar  una aerolínea propia.  Mientras tanto el actual gobierno toma esta aventura como objetivo nacional sin importarle los costos altísimos que el pueblo tiene que estar pagando. Y entiéndase bien: en este caso el costo de la  aerolínea nacional  no es una inversión, al contrario, en estas condiciones es un despilfarro cometido con falta de equilibrio y sensatez de quienes no desean ver la realidad.

 Nuestro país que ya tiene tremendos problemas económicos,  no se tendría que permitir semejante pérdida la cual tomada desde el año 2008, -que fue de su actual estatización- ronda los casi dos millones de dólares por día, lo cual se convierte en una cifra dolorosa  y escandalosa, en donde el gobierno actual inconcebiblemente  decide sostener sin importarle la degradación económica de la nación.

Para hacer una comparación practica  y sencilla, podemos decir que  con la cifra de la perdida diaria de “nuestra aerolínea”,  el país dilapida por día aproximadamente un valor comparable  de 28 casas clase media  en una ciudad media  y en un barrio medio, valuada en unos quinientos mil pesos por cada vivienda; por lo tanto  cada año de la “aventura voladora con la escarapela nacional”,  hemos perdido diez mil viviendas de esta clase para los argentinos y si a estas las comparamos con cinco años de operación serian  50000 viviendas que hemos derrochado “para que algunos vuelen”. Pero esto lo podemos comparar también con hospitales, escuelas, rutas  o con lo que usted desee y llegamos a la conclusión que no es justo semejante despilfarro, quizás sea una irresponsabilidad.

Tampoco es justo este despilfarro si tenemos en cuenta que en la aerolínea nacional  además de funcionarios de gobierno, viajan un “mínimo porcentaje de argentinos”, aunque estos privilegiados que viajan son subvencionados  por todos los ciudadanos de la nación que pagan los impuestos con una carga cada vez más exigida y que la mayoría de ellos jamás subirán a un avión.  También debemos considerar que hay miles de argentinos que en sus viajes al exterior toman otras empresas, las que ofrecen precios más acomodados.  Por lo tanto   la mayoría de las operaciones de aerolíneas son “vuelos a perdida” y especialmente  los internacionales.

   Lo cierto es también que el déficit de este último año ha bajado y en buena hora que haya ocurrido, reduciéndose  conforme lo expresado por el presidente de la empresa aérea   “entre 2012 y 2013 en un 44,1%",  lo que es altamente significativo y esperanzador,  pero de todas maneras la empresa sigue sospechada de una incorrecta administración conforme lo que fue denunciado públicamente. En definitiva más allá de la acuciante situación sería conveniente que la aerolínea nacional “levante  vuelo” y que llegue a cumplirse su slogan “alta en el cielo”, caso contrario  se le debe sacar semejante peso a los argentinos y tomar medidas de reconversión  ante semejante déficit que no es justo sostenerlo en los tiempos de una economía de crisis con síntomas de alta inflación y bajas de las reservas del banco central.

Walter Bonetto
18 de enero de 2014
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