jueves, 7 de noviembre de 2013

Cumplimos 227 años. Raíces de nuestra historia local.


    Cumplir 227 años no es poco, más de dos siglos,  y si tomamos el descubrimiento del río  por Lorenzo Suarez de Figueroa son  440 años que debemos contar, y en ese periodo entre el descubrimiento y la fundación  del “pueblo de La Concepción”, hay nada más ni nada menos que 213 años para ser tenidos en cuenta por nuestra historia,  porque en general queda la sensación que en muchos casos son olvidados. Por lo tanto hubo historia con anterioridad de Sobremonte  quien recién en 1786 fundara este Pueblo.

   Seguramente que  ahí están nuestras raíces profundas  y señeras que marcaron nuestro destino prometedor y difícil para consolidar una población en un lugar de la pampa. La pampa comenzó lentamente a poblarse, a tomar forma,   en la medida qué los aborígenes se asombraban al ver aparecer a los españoles llenos de atuendos y armaduras. Aquella exploraciones reales se sucederían y los indios no serían más los dueños absolutos  de estos lares´, “tendrían que aprender a compartir” pero además tendrían que aprender someterse  a las encomiendas que los europeos le imponían y su antigua libertad estaría amenazada.
    Ellos no entendían  la cruz que portaban los primeros misioneros, tampoco conocían la espada de los conquistadores, solamente  sintieron el rigor del metal desgarrando brutalmente sus cuerpos.  Ahí comenzó el dominio y la guerra, la que ya  había acontecido sin piedad en tierras de otros países al norte donde las matanzas de pueblos aborígenes fueron crueles y vergonzosas.

    Muy pronto de haber llegado los primeros españoles,  y según el historiador Aníbal Montes cita en su obra “Historia Antigua de Río Cuarto”: que  Pedro Luis de Cabrera, familiar  del fundador de Córdoba, concentra en el Soco Soco  algunos pobladores de su encomienda  buscando obtener de ese lugar mano de obra esclava usando la bondad de aquellos indios que no eran belicosos y vivían en un asentamiento pequeño al lado del río, cerca de donde se asienta nuestra actual ciudad.

   Cuatro años después,  el Gobernador Gonzalo de Abreu, enemigo de los Cabrera,  quien detuvo e hizo ejecutar  a Jerónimo Luis   por desobedecer al Rey, al mando de una expedición de 60 hombres   aparecía por el río Cuarto  buscando “el oro de los cesares” pasó con su caravana  hacia San Luis, en este lugar se encuentra  con el río Quinto, al que cruzó y continuó la marcha pero al final nada de los cesares encontró.

    Cuando regresa hacia el río Cuarto, encuentra también el asentamiento del Soco Soco,  por lo tanto nadie estaba solo en estas tierras. Además de indios nómades también había una pequeña población sedentaria en estos lugares, población que con los años  fue destruida y dispersada por los españoles.

    Así fue como el indio se encuentra con la sorpresa y la desconfianza de aquel conquistador soberbio, abusador, y altanero, que lo miraba con desprecio; solamente lo complacía en algo: poderlos  hacer trabajar a su servicio cumpliendo  encomiendas;  pero en general consideraban que estos salvajes eran seres sin alma.

    Fueron pasando los años y la tierra fue encomendada en grandes latifundios;  propietarios españoles de familias hidalgas se apropiaron de ella, y que mejor que tener indios para que le sirvieran. Por lo tanto debían apuntar que “la evangelización” fuera de la utilidad  de los estancieros, para que contribuyera en “lograr indios mansos,  dóciles y muy trabajadores”  para la producción de los campos, en la crianza de animales y tantas cosas más que la situación demandaba.

   Las tribus qué venían del sur a mirar lo que pasaba sobre la frontera  se comenzaron a incomodar y fue el capitán del Rey don Tristán de Tejada que libra el primer combate en 1584 en estas tierras, socorriendo así  a los primeros pobladores, quienes ya no podían dominar a los indios porque se le habían insubordinado por el abuso y los malos tratos. Ahí fue donde los españoles  además de mostrarle la espada, el dominio del caballo, también le hicieron demostraciones del poderoso arcabuz, lo que provocó un desconcierto ante los aborígenes que aún no tenían el dominio del caballo mientras que los españoles estaban montados.

    Esto permitió una serie de rencillas que incomodaron a todas las tribus de la pampa y recién en dos años se logra la pacificación y se pudieron ir formando los primeros asientos de pobladores españoles al lado del río Cuarto siendo así que en el año 1600 ya pasaban tropas de carretas rumbo a Chile y  se instalaban provisoriamente los distintos parajes. También nos cita el historiador Aníbal Montes en su obra, que varios viajes de carreta se armaban en 1604 con indios del Soco Soco hacia Buenos Aires, seguramente que estos pobres no iban por viaje de placer, al contrario, eran destinados a ser esclavos.  

    Por el año 1622 los Cabrera seguían realizando expediciones para encontrar el oro de la Trapalanda hacia el sur, mientras que sobre estas tierras ensanchaban su latifundio con nuevas mercedes  y unos años antes del 1700 el gobernador de Córdoba creaba la Reducción del Espinillo para evangelizar a los indios pampas donde ahora está la localidad de Reducción y en 1780 se creaban fortines en la frontera,  uno de ellos el de La Concepción.

   Todos estos aconteceres desembocaron en el 11 de noviembre de 1786 donde el Marqués de Sobremonte con gran esperanza  funda este pueblo reuniendo a 31 familias al lado de un fortín las que cobrando vida y con miles de sacrificios nos legaron la historia de nuestra querida ciudad de Río Cuarto que cumple sus 227 gloriosos años.


Walter Bonetto
7 de noviembre de 2013
http://walterbonettoescritor.blogspot.com
Twiter: @walterbonetto

Página de Facebook de Walter Bonetto


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Gracias por tu comentario