Entrevista al escritor y empresario Gabriel
Yenaropulos
Realizada el día: martes, 9 de junio de 2015 y publicada el viernes 24 de julio de 2015
Gabriel, buenas
tardes, es un placer estar con vos haciendo esta entrevista.
—Es mutuo el placer porque tenemos inquietudes parecidas y
realmente te agradezco mucho por esta
oportunidad que me das y pueda contarte lo que quieras que te cuente.
Sé que tenés mucho
para contar. Gabriel Yenaropulos: Empresario, profesor universitario, escritor
de libros muy interesantes y reconocidos, dueño de una trayectoria importante.
Muchas cosas para saber y aprender de Gabriel.
¿Cuándo llegas a Río
Cuarto, Gabriel?
—Bueno, yo te diría cuándo llego a la Argentina. Yo vengo
con mi familia de Brasil cuando era un niño, tenía un año, toda mi familia
junto a mi padre pasamos por Buenos Aires, en ese entonces éramos mi padre, mi
madre, y siete hermanos, luego hubo un octavo hijo, pero ese nació acá, también
estaba con nosotros mi abuelita, éramos una familia de cuatro varones y cuatro
mujeres. En Río Cuarto nos instalamos cuando yo ya había cumplido los dos años,
desde entonces estoy acá. Luego desde mi actividad profesional he vivido esporádicamente por
muchos lugares por mi trabajo; yo soy el operador de televisión por cable más
antiguo de la Argentina y sigo vigente y trabajando todavía. En esta actividad
hice en el país la instalación de veintidós canales de cable algunos en
sociedad, otros asesorando a empresarios, también instalé canales de cable en
Montevideo, Punta del Este, Pan de Azúcar y Florianópolis.
¿Qué actividad tenía
tu papá cuando llegó a Río Cuarto?
—Mi papá se viene de
la guerra del 14, mi papá es griego, era capataz cuando estaban tendiendo las
redes ferroviarias en Grecia y ahí se traslada al Líbano donde conoce a mi
madre, después se viene a Brasil a buscar a su padre a quien lamentablemente no lo encontró,
decide volver a Europa, pero vuelve un poco encantado por todo lo que había
visto en América y entonces carga con su familia, que en aquel entonces era su
esposa, su mamá y su primer hija y se vino a Brasil y en una oportunidad después de estar varios
años en aquel país viene a Río Cuarto a
visitar a un hermano de mi mamá; le gustó mucho este lugar, y como era una
persona inquieta decidió venir a
Argentina, ya por aquel entonces éramos siete hermanos y así llegamos.
Mi papá era de profesión carpintero ebanista es fabricante
de LAUD, que es un instrumento musical árabe, entre otras cosas. Bueno te puedo contar que
cuando mi padre vino a la Argentina se fue a la Casa Núñez de Buenos Aires, que
era un famoso negocio que vendía instrumentos musicales, en ese lugar le
muestran un instrumento y encontró con
sorpresa que era de su fabricación por las iniciales y fecha que estaban
grabadas en el mismo.
Cuando mi papá vino a
esta ciudad, ya traía desde Brasil unas máquinas de helado y él puso la primera heladería en Río Cuarto en el
año 1936 que se llamó “El Brasileño” y paralelamente entra a trabajar en el Arsenal
de Holmberg como carpintero, en ese
lugar le tocó la fabricación de culatas de fusiles y fue observado por su en
porque hacia catorce culatas por día,
así fue que para evitar inconvenientes con el mismo capataz continuó haciendo
solamente dos culatas.
Mi padre trabajaba por la mañana en el Arsenal, mientras
nosotros trabajábamos en la heladería, entonces él por la tarde instaló una
carpintería que fue la primera en tener máquinas
eléctricas en todo Río Cuarto y la región.
Los carpinteros de aquel entonces
que estaban en la ciudad como Babini,
Gentile y varios más, le alquilaban a mi padre las máquinas por hora.
Para comprar las máquinas en Rosario mi padre no tenía el
dinero, entonces va al Banco de Córdoba
que lo atiende el gerente, el señor
Pepino, habla con él y le dice que precisaba comprar ese
equipamiento, el gerente pidió el
importe total que no era poca plata, me parece que era algo así como cinco mil
pesos, El gerente que no lo conocía mucho a mi padre pero debe haber tenido
referencias, baja con papá y va al cajero y le dice “dele a Yenaropulos cinco
mil pesos, él va a venir todos los meses devolverlo”. Realmente insólito, lo
que era la palabra y la conducta de tanta gente.
Sorprendente Gabriel,
eso era conducta y responsabilidad y en todos los casos empeñar la palabra era honor. Cuánta seriedad que había en las
personas.
—También te quiero decir para completar con lo de la carpintería:
ahí fabricaban puertas, ventanas, muebles, y así
fue como le enseño a los carpinteros locales a hacer la “pata francesa de los
muebles” que no se hacían en Río Cuarto. También mi padre se da cuenta que
cuando hacia cosas grandes, el trabajo de lijado era muy mucho, entonces desarrollo la primera lijadora
eléctrica con muy buen éxito, así que se la llevó a sus proveedores de Rosario
quienes se la patentaron y la
comenzaron a fabricar.
Mi padre fue un inventor,
vos sabes que volviendo a la heladería, él diseño un máquina para hacer
el “helado palito”, era una horma que estaba dentro de un
recipiente grande con agua y sal, se ponía un marcha un motor que permitía el
funcionamiento del sistema y eso se iba
endureciendo; en un momento dado, yo con mis hermanos veníamos con los palitos
y lo colocamos en cada molde del helado que estaba en la horma, luego
totalmente endurecida la sacábamos y
entre todos los envasábamos para
entregar inmediatamente a los carritos
vendedores.
¿Adónde recibiste tu
educación primaria y secundaria?
—Yo hice la primaria y la secundaria en Río Cuarto, la
secundaria en el Nacional.
¿Y que fue después de Gabriel Yenaropulos?
—Bueno yo empecé haciendo teatro, escribía, yo escribía
novelas de radio después las convertía en versión teatral, a mis novelas las hice en Jujuy, Salta,
Tucumán, La Rioja, Mendoza, con mi
hermano hicimos una compañía de radio teatro. Mi hermano tenía su fachita entonces hacía de galán yo hacia otros
personajes.
¿Cómo Cesar Córdoba?
—Sí, como Cesar
Córdoba, yo escribí para Cesar Córdoba,
le he escrito para Jaime Cloner, para Federico Fabrega y ellos hicieron en sus radioteatros novelas mías
así empecé con esa actividad.
¿Y en qué año era?
— Bueno fue el
año que murió Eva Duarte de Perón, en el
1952. Estábamos con una sala llena en el teatro de San Salvador de Jujuy, me
acuerdo que tuvimos que suspender la función y además tuvimos treinta días de duelo que a nosotros nos afectó, porque la compañía
era nuestra, lo gastos eran muchos y no podíamos trabajar.
Una compañía con once
personas era una empresa.
— Sí, era una empresa en donde constantemente hacíamos gira
a todos los pueblos y teníamos
actuaciones los treinta días del mes.
¿Y te redituaba
económicamente?
—No, no daba ganancia en base al sacrificio, a veces ocurría
que sí, pero en general no se hacía buena
diferencia, había funciones que eran
éxito, otras no tanto, pero era una
actividad en que se disfrutaba mucho. En mi caso yo disfrutaba escribiendo
porque cuando a la gente le gustaba nuestra obra para mí era una satisfacción
personal.
Tu labor era ser
guionista y a esa labor la fuiste trasladando a otras actividades vinculadas de
mayor magnitud.
—Sí, sí, porque
después cuando me fui a Córdoba me
convoca Jaime Kloner y me dice: yo dentro de treinta días empiezo con una
novela de Chiape que es “Nazareno Cruz y el lobo”, pero necesito cubrir
esos treinta días con una novelita corta
y me tenés que escribir algo, entonces
hago treinta capítulos de una novela que la llame “Quiero Luz Para mis Ojos”, con eso cubre Kloner el espacio en blanco de su actuación radial en Córdoba. Así fue
como yo le empiezo a escribir la novela para ocupar ese espacio de radio, yo estaba terminando la misma y viene Cloner
y me dice: “che, esto es un golazo, la tenemos que ampliar urgente”; pero yo la había terminado a la novela, solamente le retocaba los capítulos finales;
entonces tuve que empezar a alargarla . La radio LW1 en Córdoba estaba en la Galería
Muñoz, yo estaba arriba, en una oficina en la misma dirección de la radio, entonces por una
ventanita pasaba las hojas que escribía colgadas de un hilo a los actores en la medida que las iba terminando para que ellos produjeran la obra, fue
una locura pero hice el trabajo, aquel fin
de semana estuve 48 horas
escribiendo para terminar la obra.
Es admirable tu
trabajo Gabriel y hay que tener brillantes condiciones y talento para hacer lo
que hiciste.
—Sí, son lindos recuerdos que uno tiene, yo decía ¿Cómo me
van a pedir que alargue una novela?, ya los personajes estaban definidos.
¿Habrás ganado buen dinero?
— Mirá, es curioso,
se cobra un derecho de autor, pero son monedas. Yo fui socio de argentores y
tuve ocho novelas para radio lo que cobré fue muy poco.
¿Qué pasa después con
Gabriel Yenaropulos, vivís en Córdoba, eras soltero en esa época?
— Sí, yo estaba en Jujuy y allí me enfermo de “fiebre
amarilla”, entonces fui atendido y cuidado; mi madre que tenía una
característica muy especial, veía a la distancia y le pidió a mi papá que vaya
a verme porque estaba enfermo. Estando allí conmigo al no poder hacer teatro me
llevaba revistas y un día me trajo “Leoplan”, en ella veo un artículo llamado “Los siete
niños de Écija” me apasionó tanto esto
que empecé a hacer el borrador de mi primer novela “Sierra Morena”.
Gabriel, vos estuviste fuera de Argentina, en varios países inclusive
en Estados Unidos.
— Sí, estuve como
panelista, soy fundador de la primera cooperativa de circuitos cerrados del país,
hoy se llama televisión por cable, había siete circuitos cerrados en el país,
el mío era el de Río Cuarto. A raíz de eso creció esta cooperativa, por lo que
tuve que ir a varias jornadas que se realizaban
sobre la televisión por cable en el mundo, por lo que iba yo como panelista en
alguna oportunidad o como asistente, gracias a esto pude aprender mucho sobre
la televisión.
Cuando fuiste a estas jornadas, ¿Río Cuarto ya tenía Televisión por
cable?
— Río Cuarto logra el primer circuito cerrado en el año 1964.
¿Quién te prendió la “chispita” del circuito cerrado de la televisión?
— Yo venía haciendo radio,
de la radio me pase al teatro y del teatro a la televisión, en ese momento
dije: “esto es lo nuevo” al extremo de cruzarme con gente que me decía: “qué
raro que no estés delante de la cámara”.
Me gustaba dirigir programas.
Aparte de Gabriel Yenaropulos
¿Quiénes fueron los pioneros del circuito cerrado de la televisión?
— Acá se formó una sociedad
muy grande a raíz de que se llamó “Concurso público para el primer canal aéreo
de Río Cuarto”. Por problemas políticos, entre otros, se le había dado una pre
adjudicación que al final no se la dieron, al no dársela, con unos amigos de
Buenos Aires hablamos con esta sociedad y le dijimos: “No podemos tener un canal
aéreo porque el aire es del Estado, pero si podemos dar televisión a través del
cable, con un permiso municipal”.
Esa sociedad puso el
capital y en ese entonces yo había formado un Instituto de Enseñanza de Televisión,
lo hice en marzo de 1963 con tres
profesores de Buenos Aires que venían todos los lunes, hacíamos las prácticas desde la ex confitería Moroco y se enviaban las imagines a la vidriera de un comercio que estaba abajo, entonces la gente se amontonaba sobre la vereda para ver de qué
se trataba. Fueron las primeras imágenes de televisión que se vieron en Río Cuarto.
Con los cuarenta alumnos,
los tres profesores y yo, pusimos en marcha el primer Circuito Cerrado de la
Televisión en Río Cuarto.
¿Fue un éxito el circuito cerrado?
— Sí, fue un éxito. Tuvimos una caída cuando
comienza a aparecer la televisión de canal 12 gratis, con mejor calidad. Cuando
la gente comenzó a desconectarse, contraté a un amigo de Buenos Aires que filmaba los partidos de fútbol, la
gente se volvía loca, la pelota ni se veía, era solo una cámara, en blanco y negro,
ahí se pudo mantener un poco, hasta que llegó el momento en que realmente la
situación era crítica, en el mundial del '78. En esa época vienen responsables
de la organización del mundial a hacer una entrevista en el circuito cerrado,
dirigiendo la entrevista le pedí que no se vayan cuando termine, y les dije:
“Ustedes están organizando un mundial que se va a ver en color en todo el
mundo, en Argentina en blanco y negro, pero en el centro del país no lo va a
ver nadie porque no hay canal aéreo”. A
raíz de eso, comenzamos con un movimiento comunitario y logro un permiso
precario para salir al aire. Así ocurrió como treinta días antes del mundial,
salgo al aire. Me permitían una torre de hasta cincuenta metros. Al ser el
fundador de la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad,
pudimos afectar a los alumnos a realizar los trabajos prácticos en el circuito
cerrado, mientras tanto salía al aire para el mundial.
En septiembre me objetan la
señal por no tener la licencia, solo tenía el permiso precario para el mundial.
Nuevamente nos movilizamos, juntándonos en la plaza a reunir firmas, hablando con los militares, curas,
intendentes de la zona, para poder lograr la licencia. Se movilizó toda la
ciudad.
Al final me dieron un
permiso, entonces siguió vigente la licencia hasta 1980, donde llaman a
“concurso público” y se presentan tres sociedades, llega el momento en que un
día me llaman y me dicen que tengo la pre adjudicación pero que tengo que pasar
un examen en buenos Aires. Allá me hicieron
sentar en un banco alrededor de once
personas, entre ellas un abogado y los demás eran todos militares de alto
grado, me empezaron a hacer preguntas y al salir el abogado me dice “los
volviste locos por tus conocimientos y repuestas tan correctas, me dieron la
adjudicación de lo que es el Canal 13
hoy.
¿Vos fuiste en ese momento el dueño, el gerente del Canal 13?
— Fui el dueño, el Presidente
de la sociedad.
¿Y qué pasó después?
— Me lo robaron,
lamentablemente en épocas democráticas, es una historia muy larga, cuando se
cumplieron los cincuenta años de Imperio Televisión S.A. los pioneros ninguno
fuimos invitados, particularmente yo. Te lo digo con todas las palabras, hubo
un grupo mafiosos que se quiso quedar con todo, quise escribir un libro, pero no
lo hice por mi mujer, me dijo “para que vas a dañarles la imagen a los hijos o
a los nietos de esa gente”.
Bueno Gabriel, se nos va el tiempo, pero ha sido tan interesante hablar
con vos y me quedo asombrado con lo que me contás, siempre te he considerado un
hombre de talento y de bajo perfil, demostrás lo que sos, realmente un hombre
honesto y con una trayectoria admirable. Un verdadero ejemplo, un luchador. Es lo que siempre le transmito a mis hijas y
lo que escribo: además de ser profesional hay que ser buena persona.
Ya finalizando te quiero preguntar con tu experiencia ¿Cómo ves Río
Cuarto ahora?
— Mirá, es un Río Cuarto que tiene un potencial muy grande, tuvo un
crecimiento muy significativo, tal vez no acorde con la mentalidad del riocuartense,
porque si se analiza la evolución que tuvo la ciudad, generalmente ha habido
riocuartenses pero las cabezas han sido de afuera. Yo creo que soy una persona
que puse todo lo que pude a nivel comunicacional, porque a excepción del Canal
4, todo lo que es en Río Cuarto televisión lo hice yo (Primer circuito cerrado,
Cablevisión, Supercanal, Canal 13). Yo le dediqué la vida, hasta en la carrera
de comunicación, tuve participación dando clase durante 25 años.
Tengo que reconocer que no
lo hice todo solo, cuando hicimos ese instituto de enseñanza tuve que traer
gente de afuera, que a mí también me formó y aprendí. Traje a San Salvador Viale que era el
mejor sonidista del país, a Nicolás Del Boca que era el mejor director de
cámaras, al “Gordo” Maglioni que también tenía un gran talento, y a Daniel Rodríguez
que era un técnico de primera, todos eran del viejo Canal 7. La primera
conductora que traje fue una maestra.
¿Consideras que Río Cuarto a
pesar de los defectos que pueda tener, es una gran ciudad?
— Es una gran ciudad, lamento algunas mentalidades, en algunas
cosas tenemos mentalidad de pueblo, nos falta un poco de grandeza, es una villa
que fue creciendo y todavía nos falta un poquito.
¿Gabriel, qué opinas del país?
— Estoy muy preocupado, no quiero opinar de los políticos, para mí
a pesar de que haya diferentes corrientes en el fondo son iguales, no creo que
todos piensen en el país, yo me acuerdo en mi adolescencia, el orgullo que
sentía al ver que a nivel Latinoamérica era un ejemplo, en educación, en un
montón de cosas. Veo que hay una decadencia, estamos perdiendo posiciones en ranking
a nivel mundial o americano, estamos perdiendo en la educación, en la
cultura, en el respeto del ser humano, veo que hay mucha inoperancia, vamos
teniendo lentamente un deterioro.
¿Cómo se conforma tu familia, tienes hijos, nietos?
— Es hermosa. Hoy llegué con lo justo, porque
estuve haciendo artesanías para el bautismo de mi último nieto. Tengo a mi
mujer, que es una maravilla, tengo una hija de mi primer matrimonio que está
conmigo en Río Cuarto desde hace dos años, de ella tengo una nieta de 22 años
que vive en Buenos Aires. Con mi actual mujer llevo 42 años de felicidad, tenemos una hija que
tiene tres hijos y mi hijo que tiene dos hijos. Soy un hombre totalmente feliz,
tengo muy buena salud y muchas ganas de seguir haciendo cosas.
Gracias Gabriel, aprendí de
esta entrevista. GRACIAS…
Walter Bonetto
9 de junio de 2015
http://walterbonettoescritor.blogspot.com
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