Seguramente que para expresar estos conceptos debemos observar la situación política de estos días y aquí nos encontramos con posiciones desconcertadas de nuestros mismos gobernantes quienes se mantienen en demostrarse “indiferentes” ante el problema crucial de los argentinos que originó y seguirá originando la devaluación del peso.
La política económica aparece como no bien configurada, con sus autoridades que se muestran discrepantes y dubitativas, dado que en los discursos demuestran situaciones que en la realidad para nada se concretan, terminan siendo “palabras”. El Jefe de Gabinete termina de informar que realizará el “máximo esfuerzo” para que la devaluación del peso “no impacte sobre el empleo ni el salario”. Solamente con esto el gobierno está expresando públicamente en gran medida su mismo fracaso, dado que: las autoridades actuales sostuvieron que “no habría devaluación”, pero esta irreversiblemente se produjo y el funcionario con lo manifestado la está aceptando; pero no menciona que es un grave problema, y por otro lado se pretende que la devaluación no impacte al salario, porque así , inconcebiblemente, lo expresó públicamente, lo cual es una utopía, dado que siempre la inflación impacta al salario condicionando el poder adquisitivo sobre cualquier trabajador.
Por lo tanto desde que el gobierno tomó esta medida se impactó el salario de una manera contundente, porque todos los productos están con precios en aumento y estos precios son en muchos casos exorbitantes. Hay comerciantes actualmente que no venden o entregan a sus clientes mercaderías sin facturar, para hacerlo en el momento que los precios “se estabilicen”: ¿esto, no es aumento?
Todo este proceder crea la sensación de observar el rumbo perdido y realmente es una verdadera lástima que ocurra porque genera una gran desazón y desconcierto. Argentina desde siempre, y ahora mucho más, “educada en gastar más de lo que gana”, cosecha los resultados y esta es nuestra dura realidad ¿Cómo se controla el gasto público con tanto asistencialismo y subsidios? ¿Cuánta gente cobra sin trabajar en este país? Y convengamos que no está mal y es justo que existan subsidios y asistencialismo, pero nunca en una medida de despilfarro como se está haciendo. No hay tantos ingresos en Argentina conforme a nuestro PBI para hacer esto, entonces se termina pagando con emisión monetaria, licuando el dinero. Así caen cada día más las reservas, a pesar que el jefe de gabinete termina de expresar que las mismas “son más que suficientes”
Cualquier ciudadano preocupado por su país sigue de cerca lo que ocurre y dejando de lado si está a favor del gobierno o se es opositor, la realidad argentina tiene una sola cara, o debe tener una sola cara: “de que al país le vaya bien” porque aquí está el futuro de todos nosotros, mas allá si se es peronista, radical o socialista, pero el gobierno no está a las altura de las circunstancias, porque no puede ver declaraciones mentirosas de nuestros funcionarios tratando de disimular realidades que son indisimulables. De que no hay inflación, de que no habrá devaluación, de que la devaluación no impacta ni deteriora al salario, de que está todo bien etc.etc. Y no es así, porque no está todo bien: porque hay devaluación, porque hay inflación, porque estamos perdiendo reservas constantemente y estas son el reaseguro para mantenernos como nación, lo que se torna altamente peligroso que se pierdan.
Mientras tanto que ocurre todo esto el gobierno está preocupado en leer a cada instante lo que dicen los diarios Clarín y La Nación. Realmente, que triste que ocurra esto, cuando Argentina toda precisa de sus gobernantes seriedad, pero al contrario, parece que perdieron el rumbo y esta pérdida de rumbo puede llevar al país a tremendos conflictos sociales que el gobierno debe evitar.
Walter Bonetto
02 de febrero de 2014
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