Fin de año y a días del comienzo del 2014. Los argentinos reflexionan y sacan conclusiones, muchos dejan sus programas de actividades pensando en el nuevo año y hacen un balance de lo ocurrido; las vacaciones están arriba. Miles de familias piensan viajar al mar o a la sierra, otros al extranjero, a países limítrofes, inclusive muchos a Europa, México y Estados Unidos. Hay posibilidades para todos los gustos y está bien que esto ocurra; pero otros miles de argentinos solamente podrán hacer una escapada el fin de semana al rio más próximo, y otros miles ¡nada! Así son las posibilidades.
No es fácil programar vacaciones para el caso de las personas con menores ingresos, aunque sean austeras. Si se piensa en el alto costo de vida, esto aniquiló el sueño de centenares de obreros y empleados cuyo sueldo apena alcanza para solventar la canasta básica, entonces: ¿Cómo pensar en vacaciones si aún no se pudieron cambiar las cubiertas del automóvil y el seguro esta vencido? La fiesta de egreso del hijo costó una exageración y el viaje de fin de curso comprometió todo el presupuesto de la familia… No es fácil regular los gastos ni pagar la tarjeta a fin de mes, hay prioridades que no se pueden evitar, y para peor los aumentos de los servicios, impuestos, salud y educación, aplastan absolutamente los ingresos. Asusta ir a la verdulería, el supermercado, la farmacia o tomar un taxi, ni que decir salir a comer afuera.
Así es como una gran franja de la sociedad está en peligrosa decadencia económica, por lo tanto no vive como antes, para la familia humilde cuesta una fortuna salir a tomar un café y son muchas las familias que se privan de cosas menores de las que antes disfrutaban, ahora en proporción a lo que gana tanta gente, cuesta pagar hasta el boleto del colectivo urbano. Al contrario de las estadísticas y al contrario de lo que dice el gobierno nacional, los aumentos se escapan de control y esto causa de los grandes reclamos que seguramente aparecerán en los próximas semanas, como también fue la causa de los saqueos a los comercios más allá de la delincuencia y del bandolerismo.
En gran medida esto es la desesperanza de millones de argentinos, la economía familiar siempre está en déficit, al límite. El aumento del costo de vida asusta, inclusive en el valor de los artículos de primera necesidad que sufrieron aumentos desproporcionados lo que origina que millones de ciudadanos terminan el año preocupado. El 2013 nos dejó muchos episodios lamentables en el orden nacional y cerramos el año con cortes de energía en varios lugares del país; escándalos de corrupción que salpican al gobierno; reclamos muy fuertes de las fuerzas de seguridad de distintas provincias que ponen en tela de juicio la organización nacional y que comprometen la paz social; el aumento de la drogadicción y también se suman acciones del gobierno como perseverar en sostener a funcionarios muy cuestionados y seguir designando a algunos de ellos en importantes cargos. Todo esto forma un paquete de errores que pone de mal humor a gran parte de los argentinos porque se nota claramente que las medidas desde el gobierno no se toman con equidad ni justicia.
Debemos tener la esperanza de que el 2014 pueda ser un año distinto, se mejoren estas acciones, en donde los gobernantes se bajen de la soberbia y trabajen con prudencia y sentido común para que sus procederes lleguen a todos los ciudadanos, inclusive a quienes no votaron a estas autoridades nacionales. Nuestra presidente, aunque aparece en algunas oportunidades, en los últimos días se la ha notado ausente y distante, es posible que tenga que comprometerse más con su pueblo, que entienda que desde la tribuna presidencial no se debe hacer política partidista, sino que gobernar para el bien común y unir a los argentinos. Pero cuando se esconden actos de corrupción; cuando se destituyen fiscales que investigan situaciones sospechadas de ilícitas; cuando se insiste en nombrar a funcionarios acusados de hechos peligrosos en su pasado, no se está gobernado para el bien común. Si se lograra corregir estas acciones, mucha gente cambiaría su manera de pensar y hasta de actuar, el país tendría esperanza y el año se podría comenzar con mayor optimismo.
Walter Bonetto
21 de diciembre de 2013
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