Lo ocurrido en la ciudad de Córdoba es altamente preocupante y es preocupante porque puede extenderse en otras partes del país como ya ocurrió en otras provincias en meses anteriores, por lo tanto es algo que no es nuevo para los argentinos pero está latente y amenaza a la paz social. Seguramente que existieron desinteligencias desde el mismo gobierno provincial, pero lo más preocupante es que hay gente que sin hambre está presta, atenta y entusiasmada para delinquir, para cometer actos de bandolerismo, para robar, sin medir consecuencias de ningún tipo.
Así se genera el caos social que siempre conduce al camino de la muerte a muchas personas. Los reclamos de la policía fue el marco externo que en gran medida generó el conflicto, pero la naturaleza fundamental de este conflicto pasa por otra directriz, tiene otra esencia, y se mostró como altamente planificado por los delincuentes; esperemos que los gobernantes “despierten”. Quizás al gobernador le faltó valentía y criterio para asumir con más entereza su mediocre gestión vinculada al manejo de seguridad en la provincia. Nadie dice que no ha hecho nada, pero realmente lo que hizo no alcanzó. Ante la tremenda situación consumada tendría que haber dejado de dar discursos y agradecimientos en frente de un pueblo dolido, irritado y asustado, y manifestar su verdadera culpa. Sus palabras realmente no produjeron una sensación de austeridad ante el drama vivido.
Por otro lado funcionarios del gobierno nacional que declararon sobre el tema dan lástima y también irritan ante las inmediatas declaraciones como queriendo decir a la sociedad “que ellos no tienen nada que ver”, “la culpa fue del gobernador”. O sea concretamente: una vergüenza. Los funcionarios dan vergüenza por su falta de madurez, su falta de responsabilidad y enseguida manifestarse “inocentes”. Realmente en este bochornoso episodio el gobierno nacional no está ausente, son tan responsables de estos aconteceres como el gobierno provincial.
Lo que ocurre que el gobernador de Córdoba conocía el problema y lo subestimo y da la sensación que cuando el gobierno nacional supo del problema “lo festejó”, porque en lugar de enviar inmediatamente la Gendarmería para que protegiera a los ciudadanos, no lo hizo a su debido tiempo para pasar facturas políticas, se puso a jugar con la guerra de la ciudad sin importarle la vida de tanta gente ¿Cómo ahora van a salir a decir que ellos no tienen nada que ver? Sí que tienen que ver, y mucho, porque detrás de esto hay en Argentina un problema social grave, muy grave que lo supieron consolidar en esta “década ganada”. Y mientras no controlen la inflación, mientras no se baje los niveles de corrupción, mientras la droga siga avanzando, mientras la inseguridad siga estallando, mientras el gasto público del estado nacional, provincial y municipal no baje; mientras los gobiernos sigan gastando más de lo que el país gana, este problema se seguirá agravando y el gobierno nacional es responsable. Totalmente responsable.
Por otro lado el gobernador de Córdoba con su actitud ahogó su futura existencia política. Esto fue aunque con otras características un segundo Cordobazo, en donde los afectados como siempre son los ciudadanos honestos y de trabajo. Los bandoleros seguirán suelto, los corruptos estarán libres y los malos políticos en los distintos niveles del estado harán sus peleas con la verborragia de costumbre para confundir a la sociedad y no hacerse cargo de sus miserias y vergüenzas que están protagonizando. Quiera el destino de este país que los funcionarios y los políticos despierten y pongan de manifiesto su GRANDEZA y DESPRENDIMIENTO –lo que no siempre ocurre- para construir una sociedad a la altura de lo que la nación merece. Que no viajen tanto, que no gasten tanto y que se dediquen a gobernar para que esto no suceda. Precisamos los argentinos que “los patriotas se den a la cita” y no abandonen al país.
Walter Bonetto
4 de diciembre de 2013
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ResponderEliminarAugusto Fambrini Es una verdadera lástima que hayamos llegado al punto que se llegó. Los acontecimientos demuestran el nivel de valores con los que se maneja la sociedad argentina. Además está claro que de la única forma en que se puede conseguir un sueldo digno y de acuerdo al trabajo realizado es protestando, haciendo huelgas. La seguridad, la educación, la salud y tantos otros pilares de la sociedad en nuestro país son invisibles, endebles y manejados por la corrupción y la desidia.
¿Que mas decir?... ¿La generación está perdida? Si... y no
Se necesita Educación, Salud, Seguridad y por sobre todas las cosas TRABAJO.
No creo que alguien que haya estado 8 horas trabajando llegue a su casa y salga corriendo a saquear un supermercado, simplemente porque cuando una persona trabaja para ganarse el pan empieza a valorar el trabajo ajeno y a respetarlo.
Saludos Walter, muy buena columna