viernes, 22 de enero de 2016

Los Palos en La Rueda

Ver el cuadro social de estos días en Argentina da cierta preocupación. Si bien  existen miles de personas esperanzadas con el nuevo gobierno, también  hay miles de personas que muchas veces, injustamente despotrican quizás prematuramente   a las autoridades actuales y apuestan directa o indirectamente para que les vaya mal.

Gran parte de este problema ocurre por el fanatismo político de muchos de los que perdieron que piensan con un apasionamiento que les produce ceguera populista y no les permite ver la realidad. Cada medida que toma el gobierno es criticada con premura sin guardar la tolerancia para dar un poco de tiempo  a las autoridades y observar primero, los resultados. No se entiende con que apuro salen a criticar situaciones que no resisten el menor análisis  de sentido común para observar a donde está la realidad y adecuarse a la misma con verdadero sentido de patria grande y prudente.

Los opositores  a este gobierno critican la inflación  sin darse cuenta que el gobierno anterior nos hizo vivir constantemente en un sistema inflacionario despiadado  que azotó a los bolsillos de los asalariados y creo millones de pobres,  por lo tanto no tienen autoridad de hablar  de medidas que consideran desacertadas  cuando ellos fueron los campeones de la devaluación y del aumento constante del costo de vida.

El ex gobernador de la provincia de Buenos Aires  sigue dando el verso que “el país quedó desendeudado”,  cuando realmente es una mentira. Solamente para el año actual existen, vencimientos de la deuda externa por 10.000 millones de dólares, lo que es una cifra significativamente alta  para las posibilidades de nuestro país, y debemos convenir que  esto es sin tener en cuenta el problema de los tenedores de bonos que siguen en default; por lo tanto vale la pena reiterar que es otra mentira la del “país desendeudado”, es un verso político como tantas mentiras del gobierno que se fue.

Argentina, todo lo contrario,  tiene una deuda externa agobiante, que ya venía de antes, pero que en la última década se acrecentó con firmeza, porque vivimos años anteriores en una república que a pesar de tener vientos favorables con el alto valor de la soja, no supo aprovechar esta oportunidad y despilfarró dinero a diestra y siniestra. Gastaba mucho, pero mucho más de lo que ganaba, de una manera irresponsable, como todas las irresponsabilidades que demostró la gestión anterior y así nos dejaron en la lona;  por lo tanto la deuda externa nos condenara por décadas y este mismo ex funcionario ahora es “consejero popular” sobre lo que habría que hacer,  cuando realmente dejó una provincia en absoluto estado de quiebra y desastre, mientras tanto quiere ser ejemplo de gobernabilidad.

Lo mismo ocurre con el ex ministro de economía,  nos quiere hacer creer que fue el salvador de la república, cuando para tantos analistas de gran concepto,  el caos económico y el déficit fiscal  que dejó es abrumador y hasta algunos altos funcionarios de su mismo partido critican su gestión, especialmente la de los últimos dos años.

Ante todo este panorama el ciudadano se sorprende y se pregunta ¿Por qué no se mantendrán en silencio? ¿Por qué serán tan imprudentes, audaces e hipócritas?  Realmente irrita que gente en gran medida fracasada en su gestión quiera criticar gratuitamente lo que ellos no fueron capaces de hacer ni de lograr.
También ocurre con los decretos de necesidad de urgencia (DNU);  en principio: aclarando que el presidente actual pone en riesgo su credibilidad por usar en demasía estos recursos de gobierno en su corta gestión, los cuales no son sanos para la democracia;  pero también debemos despertar a la realidad y recordar  al gobierno anterior cuando mostraba esa misma actitud,  en la que  el Presidente Néstor Kischner emitió en su gestión 270 de estos decretos haciendo “cartón lleno”.   Tampoco se privó de emitir DNU la Presidenta Cristina Fernández, 76 decretos decoraron su gestión,  incluido el decreto para remover al  Presidente del Banco Central de la República. ¿De qué se asombran ahora? ¿Con qué autoridad moral reclaman? Inconcebible   observar como muchos de sus ex funcionaron y partidarios se muestras “escandalizados”; la verdad una vergüenza.

Hay una falta de sensatez de la oposición. Es necesario que se le dé tiempo a este gobierno y que se le llaman las cosas por su nombre porque ocurren episodio que son usados para hacer cortina de humo y  confundir a la gente y realmente es una lástima porque lo que están haciendo es poniendo palos en la rueda.
Así  la inflación que el gobierno anterior gestó y proyectó impiadosamente a futuro;  así sobre el mentiroso “desendeudamiento” que hablan lo cual es otra irrealidad; así también  decir que la detención de una dirigente en la provincia de Jujuy es una “persecución política” cuando toda la república conoce que está acusada de enormes deudas con la justicia, también se conoce sobre  la corrupción y el atropello existente en aquella provincia por la organización social cuestionada ; así como decir que un prestigioso periodista que lo dejaron cesante de un medio privado es culpa del Presidente,  o afirmar que  el gobierno actual es dictatorial.

Es necesario entender las cosas con el sentido común y así nos daremos cuenta de que hay miles de personas que interponen sus intereses personales y su apasionamiento populista por sobre el futuro sensato y prudente de millones de argentinos y desean hacer creer cualquier cosa, con tal de poner palos en la rueda y atacar al gobierno muchas veces con total injusticia. Esto no  se dice porque el gobierno es de cambiemos, de ninguna manera, cabe esta reflexión para cualquier signo político que esté en el poder. Los argentinos tenemos que comenzar a tener grandeza para construir una república y si no continuaremos en la decadencia.

Walter Bonetto
22 de enero de 2016
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