Los antecedentes de esta creación se pueden tomar a partir del año 1969, cuando la pujante ciudad de Río Cuarto contaba con 88000 habitantes, siendo rodeada de una rica región agrícola ganadera convertida en su motor de influencia y progreso.
Por aquellos años se anhelaba fervorosamente contar con una casa de altos estudios que diera posibilidades a la juventud de formarse en la educación superior con carreras vinculadas con el potencial de la región, sin que tengan que concurrir a otros centros universitarios, los cuales estaban superpoblados de estudiantes y resultaban distantes.
La lucha por la nueva universidad creo discrepancias muy considerables con muchas personas de Río Cuarto y muy especialmente con algunos dirigentes radicales de la ciudad, que se opusieron tenazmente por considerarla una gestión inoportuna, dado que eran tiempos de dictadura militar; además creo muchas expectativas con relación al futuro de la "Universidad del Centro" que funcionaba en la ciudad como una institución privada, la cual fue pionera y precursora de enseñanza superior que ya venía desarrollando con un gran esfuerzo sus actividades desde hacia algunos años, pero presentaba problemas económicos graves, por falta de apoyo y financiación del estado y no era una universidad preparada para cumplir con mayor amplitud todas las demandas de la región para formar nuevos profesionales, justamente por la falta de apoyo nacional en el orden presupuestario.
Los opositores a este nuevo emprendimiento criticaban con dureza que el mismo estaba siendo gestionado ante un gobierno de facto y para ello se peticionaba ante la dictadura militar, lo cual no resultaba procedente y lo consideraban una vergüenza desde el punto de vista republicano.
Pero más allá de estas críticas tan urticantes, como en gran medida incorrectas, por el modo agresivo en que se las planteaba ante varios medios de prensa, donde se publicaban solicitadas en contra del emprendimiento, la idea de aquellos hombres impulsores de esta nueva casa de altos estudios, era: "lograr el objetivo" más allá de quien estuviese gobernando el país. Ellos estaban convencidos que la ciudad de Río Cuarto debía tener una Universidad Nacional, y ese era el gran objetivo a alcanzar, pese a que muchos políticos se incomodaran.
También aquellos hombres precursores entendían que peticionar no significaba apoyar al gobierno militar. Río Cuarto peticionaba una casa de altos estudios porque precisaba para su desarrollo y su progreso una educación superior asistida por la nación.
A mediado del mes de noviembre de 1968, más específicamente en los días 16,17, y 18, un grupo de destacados intelectuales argentinos son convocados a la provincia de La Rioja, en la zona de Chilecito, en la Finca Samay Huasi, por la Academia del Plata, para que presentaran ideas destacadas hacia la concreción de un país mejor desde el punto vista de la ciencia.
Entre aquellos intelectuales y destacados pensadores se encontraba un joven y destacado médico de Buenos Aires, que con sus 33 años ya era el Decano de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional, UBA, y venía trabajando en una importante labor investigativa y de planeamiento junto a algunos colegas sobre el “problema universitario argentino”, al cual lo habían analizado integralmente; este profesional era el doctor Alberto Taquini ( h), autor del Proyecto “Nuevas Universidades Para el País”, cuyo objetivo perseguía descentralizar la Universidad de Buenos Aires y el resto de las grandes universidades, y así mejorar la educación superior en Argentina, creando universidades más funcionales y adecuadas a cada región. A su trabajo se lo conoce como “Plan Taquini”, y cuando fue presentado en Samay Huasi, en aquel coloquio de intelectuales tuvo un alto impacto y aceptación del grupo.
Por el año 1968 el gobierno militar estaba presidido por el General Ongania, sospechado por otros generales y gran parte del pueblo, de querer perdurar indebidamente en el poder.
De los tres edecanes que tenía el presidente de la nación, uno de ellos, el edecán aeronáutico, era el Vicecomodoro Raúl Boheler, un hombre de Río Cuarto y aquí radicaba su familia. Con su corazoncito puesto en el imperio, observó en la presidencia el libro del Dr. Taquini, que hablaba de las nuevas universidades y citaba “las pampeanas”, —una futura universidad que se podía abrir en Santa Rosa de la Pampa o en Río Cuarto—. Cumpliendo un plan de vuelo de la Fuerza Aérea, de la que era piloto y debían llegar con carga al Área de Material Rio IV, aprovecha llegarse a su ciudad natal, y mientras aquel avión se descargaba, además de pasar a saludar a su familia trae la documentación de las nuevas universidades , entonces y sin conocerlo, visita al Intentendente, Ingeniero Renato De Marco, le trae copia del proyecto y el Libro de las Nuevas Universidades. Boheler no era conocido en la ciudad, excepto por su familia y amigos, y menos en la municipalidad, cuando se presenta en la secretaria pidiendo saludar al intendente como el Edecán del Presidente de la Republica, todo se revolucionó al instante, y el visitante se dio cuenta del nerviosismo de quienes lo atendían, entonces aclaró que no venía en misión de servicio, que lo hacía en forma personal, solamente quería entregar en manos una documentación al intendente, quien al ser informado lo recibió sin demora. La reunión fue breve y muy agradable el Vicecomodoro se puso a entera disposición del intendente Renato De Marco, y en aquel sobre podemos decir “que dejaba las llaves” que abrían el difícil camino —el cual vamos a recorrer en las próximas entregas— para que se creara la nueva Universidad Nacional de Río Cuarto.
2 de octubre de 2015
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Exequiel
ResponderEliminar18 oct. (hace 2 días)
para mí
ESTIMADO SEÑOR BONETTO :
Hago referencia a su primer informe publicado en la Página Web de LV 16, que me ha parecido interesante.
Al respecto y como exalumno de la Universidad del Centro, habiendo recibido mi título de Contador Público en el año 1970, que me permitió una promisoria carrera en la AFIP habiendo llegado a ser el Jefe de la Agencia Río Cuarto, deseo aportar la participación de quien fuera el emprendedor educativo más grande que tuvo nuestra ciudad, y que por la mezquindad de personajes nefastos, siempre fue desconocido como tal. Me refiero al Profesor Héctor Silvestre Tenaglia.
El Profesor Tenaglia, luego de ser director de varios colegios nacionales, comenzó con la creación del Instituto Superior de Ciencias, del cual egresaron cientos de educadores que más luego se integraron en diversas instituciones de nuestra ciudad y pueblos vecinos.
Posteriormente fue el gestor del Bachillerato Agrotécnico, que aún funciona como tal.
Fue durante varios años Director de nuestra querida Biblioteca Mariano Moreno y también se desempeñó como integrante del Rotary Club.
Realizó muchas actividades más hasta su fallecimiento, y que en honor a la brevedad, no las enuncio.
Para finalizar le informo que un grupo de exalumnos luchamos intensamente durante siete años para que el Profesor Tenaglia fuera declarado Ciudadano Ilustre, pero la presión de sectores retrógrados argumentaban que eso no podía ser posible porque fue funcionario de la dictadura como Secretario de Educación de la Provincia en la gestión del Brigadier Huerta. A nosotros como alumnos nos interesaba la estrategia para conseguir el reconocimiento de nuestra querida Universidad del Centro, y allí radicaba esa posibilidad, pero como no logró su cometido luego de algunos meses presentó su renuncia a ese cargo provincial.
Y cuando me refería a la “mezquindad” lo hacía porque ellos dentro de su negativa no tuvieron en cuenta que luego de la renuncia del Profesor, fue reemplazado por el historiador Barrionuevo Imposti quien estuvo cuatro años en esa gestión y sin embargo fue declarado Ciudadano Ilustre por el Concejo Deliberante de nuestra ciudad.
No obstante lo comentado continuamos insistiendo sobre este tema y por fin, un año antes de su muerte, y por intermedio del Concejal Cendoya conseguimos por fin que se hiciera justicia y fuera reconocido como Ciudadano Ilustre.
Párrafo aparte merece el esfuerzo de los alumnos de la Universidad del Centro, que hicimos toda la carrera a “puro pulmón” para tener profesores universitarios de universidades como la de Córdoba y Litoral, teniendo como colaboradores desinteresados a muchos profesionales de nuestra ciudad, hacíamos la famosa Tómbola de los domingos en el cine Gran Sud, mientras que la Sociedad Rural de Río Cuarto retenía un porcentaje de las ventas realizadas por los ganaderos de la zona.
Es necesario aclarar que existió un proyecto de reconocer como nacional a nuestra Universidad del Centro, pero misteriosamente no llegó a concretarse.
Sin más, me despido de Ud. muy atentamente.
Exequiel Eduardo Báez
DNI 6651868
orge Alves
ResponderEliminar11:42 (hace 4 horas)
para mí
Estimado Walter:
He leído con satisfacción las columnas de tu blog referidas la historia de la creación de la UNRC. Veo que por fin se escribe la verdadera historia y se exponen ante la opinión pública los verdaderos artífices de tamaña empresa. Digo esto porque en una oportunidad y siendo concejal de la ciudad de Río Cuarto, y frente al proyecto de declarar ciudadano ilustre al Dr. Tenaglia, tuve la posibilidad, junto con Omar Isaguirre, de conversar largamente con el Vicecomodoro Raul Boheler quien nos relató con lujo de detalle los acontecimientos que vos relatas, con algunos hechos muy particulares y fundamentalmente mostrando documentación original que respaldaba su narración, como las correspondencias intercambiadas con los miembros de la Comisión formada en Río Cuarto y lo mas sorprendente, con cartas originales que enviaron algunos encumbrados personajes de Río Cuarto ligados a la Universidad del Centro, a la presidencia de la Nación, oponiéndose férreamente a la creación de la Universidad Nacional. Esos documentos que tuvimos a la vista y que creo, la familia Boheler aun conserva, son un prueba elocuente e irrefutable que derriba algunos mitos sobre la participación que les cupo a algunas personas que se han arrogado ser participes de la creación de la UNRC y que por el contrario, fueron fuertes opositores al proyecto. (Tanto Isaguirre como yo nos opusimos la la designación de ciudadano ilustre al Dr. Tenaglia, no porque no lo mereciera, sino porque los proponentes de tal designación fundamentaban el pedido asignandole una actuación preponderante en la creación de la UNCR, cosa totalmente falsa y absolutamente contraria a la realidad de los hechos históricos)
Un cosa curiosa y que nos llamó mucho la atención, fue el relato el encuentro casual entre el Vicecomodoro Boheler y el Dr. Taquini en la antesala del despacho del presidente Onganía; cuenta Boheler que al cruzar por la antesala, ve sentado a un Señor que esperaba al presidente y al preguntarle cual era el motivo de su visita, el Dr. Taquini le cuenta del proyecto de creación de nuevas Universidades en el interiór del país y con orientación a las actividades productivas propias de cada región. Es alli donde el Vicecomodoro se interesa por el tema, surge la posibilidad de incorporar a Río Cuarto en el proyecto y se compromete con el Dr. Taquini para involucrarse en la empresa. Lo que sigue, esta fielmente relatado en tu Blog.
En mi concepto, creo que la ciudad de Río Cuarto les debe un merecido reconocimiento a los miembros de la Comisión amigos de la Universidad de Río Cuarto, al Intendente De Marco y al Vicecomodoro Boheler.
Como dato curioso, casi todos los descendientes del Vicecomodoro Boheler, que viven en Río Cuarto, son egresados de la UNCR y la mayoría de ellos son Ingenieros Agrónomos.
Un respetuoso saludo.
Jorge Arnaldo Alves
Walter, acabo de leer su reseña sobre la creación de la UNRC y me siento especialmente orgullosa de haber sido alumna de ese centro universitario y haber terminado Comunicación AV en 1977 e integrado el primer grupo de egresadas de esa especialidad. Con esa titulación y en el mismo año de egreso vine a vivir y trabajar en España. Tanto que hablamos de España y al llegar comprobé que esa especialidad no se impartía en ninguna universidad de este país. Carrera que se implementó en 1992 con motivo del 5º Centenario del Descubrimiento y solo en las universidades de Sevilla y Barcelona. Trabajé con la preparación que adquirí en la UNRC, en el año 1980 integré el cuerpo de Especialistas que el Ministerio de Educación y Ciencia reunió para la Formación del Profesorado Español en MAV, luego la comisión encargada de la Reforma Educativa de 1982. El propio MEC Español publicó un libro sobre el Retroproyector en el aula de mi autoría (que hoy me resulta como la paleografía de los MAV). Quiero decir con todo esto que la UNRC es una casa de estudios que ha formado -y seguramente sigue haciéndolo- profesionales con altas calidades en preparación técnica. Mi especial agradecimiento por el contenido de su blog.
ResponderEliminarUn saludo
Ana María Funes González