En estos días mirar lo que ocurre en Siria es tan preocupante como desesperante. Ver familias que huyen a países vecinos abandonando todo lo de su vida y su hogar para incorporarse a un campo de refugiados, casi sin futuro ni esperanzas dejando a un país desbastado brutalmente por una tremenda e injusta guerra intestina, la que desde marzo de 2011 ya cobró 130000 vidas de las cuales hay 11000 niños, los que murieron a causa de armas químicas, bombardeos, armas de fuego y muchos también torturados por las facciones enemigas para obtener información. Sumado a este drama se considera que “son un millón de niños refugiados lo que marca un vergonzoso hito en el conflicto sirio”, dijeron en una declaración conjunta el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef). "No es solo otro número. Son niños arrancados de sus casas, quizás incluso de sus familias, enfrentados a horrores que solo ahora empezamos a comprender", sostuvo el director ejecutivo de Unicef, Anthony Lake. Lake agregó que todos deben compartir la misma vergüenza porque "mientras trabajamos para aliviar el sufrimiento de las personas afectadas por la crisis, la comunidad internacional ha fallado en sus responsabilidades con los niños". "Deberíamos parar y preguntarnos cómo podemos conscientemente continuar fallando a los niños de Siria". “Así vemos como los niños representan a la mitad de los casi dos millones de refugiados sirios, y se encuentran principalmente en Líbano, Jordania, Turquía, Irán y Egipto. Las últimas cifras del ACNUR indican que 740.000 refugiados tienen menos de 11 años.” Dan cuenta los informes de las cadenas internacionales lo que provoca desazón.
¡Qué barbaridad lo que le ocurre a la humanidad! Y el mundo parece no inmutarse de tremendo drama. Aquí estamos hablando de Siria, pero el drama no se limita solamente a esta nación, si tenemos en cuenta el conflicto Árabe Israelí, la guerra en Afganistán, en Somalía, en Irak, y tantos conflictos más, caemos en la cuenta que el mundo está teñido de tanta sangre que decepciona y escandaliza. A los mercaderes de la guerra no les interesan los sentimientos de dolor y desesperación de tantos seres humanos. Los países se mueven con intereses que van más allá de la muerte de miles de personas.
El ser humano se torna una persona tan peligrosa y sanguinaria que avergüenza a la humanidad. Los terroristas son tan sanguinarios y crueles que no se compadecen ni se conmueven por ningún sentimiento de piedad y no dudan en matar arteramente y a traición. La vida así toma ribetes desesperantes y el odio combate a cada instante al amor matando la esperanza de vida y un futuro de paz; un camino totalmente incierto e incorrecto que nos lleva a la desesperanza.
El hombre precisa reaccionar, algún día el mundo tendría que alcanzar la paz, no puede existir tanta crueldad en el ser humano pero lo que ocurre que el camino de la paz implica sacrificios que los líderes políticos no están dispuestos a realizar y la falta de grandeza de estos “lideres” hacen que la lucha continúe y se torne imparable sin importar que los ríos de sangre sigan regando los senderos del odio hacia un camino incierto y desesperado.
Walter Bonetto
12 de enero de 2014
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