Todo fue una epopeya en tiempos muy difíciles en donde al repasar la historia se observa claramente que el estado se mostraba indiferente con la salud pública. Esta conducta deja claramente sus huellas en nuestra ciudad, así podemos ver que el primer hospital fue logrado por la iniciativa y perseverancia de un sacerdote misionero, Fray Quirico Porreca quien logra inaugurar el hospital de la caridad en el año 1877 ubicado en calle Cabrera donde luego funciona el Centro de Salud, y que era solamente para hombres. Casi medio siglo después de este primer hospital, en 1923, abre las puertas La Maternidad Kowalk, la que fue lograda por la contribución de la Señora Hortensia Gardey de Kowalk. La ampliación del Hospital de Caridad en 1922, que fue prácticamente un nuevo hospital, porque se construye un edificio de dos plantas, majestuoso para aquella época y estaba totalmente equipado con muebles y aparatos de cirugía. Esto fue una obra de la señora Adelia María Arilaos de Olmos y fueron estas instituciones señeras que contribuyeron en despertar a la ciudad y su gente sobre los beneficios de una mejor calidad de vida vinculada con la medicina, dado que no todas las personas entendían por aquellos años las posibilidades de una salud mas adecuada.
Así nos expresa en su libro “Historia de Río Cuarto” don Víctor Barrionuevo Imposti” (tomo 2 pág.199), y lo publica Bonetto en sus “Fechas del Imperio”: “8 de febrero de 1850 Fue designado por el Gobernador de Córdoba al Dr. José Mario Luque, como Médico de Estado para que organice un Hospital Militar en el cuartel de la Villa de la Concepción”, se establecía que se debía contar con una botica bien surtida con todos los remedios necesarios. Pasados unos meses el doctor organizó todo lo conveniente y también habilitó una sala para mujeres en el mismo cuartel que atendería dos días a la semana en horario determinado. El doctor trabajó con dos soldados voluntarios a quienes había formado como enfermeros. Pero lamentablemente todo esto no funcionó y no porque el médico no se preocupara, todo lo contrario, de nada valió su entusiasmo y dedicación, fue tanto lo que estuvo resistido que el caso llegó al gobernador y al final el 30 de octubre de 1851 fue dado de baja el doctor José Mario Luque como Médico de Estado, dado que el Comandante de ese cuartel no quería saber nada con el facultativo y manifestaba a todas voces que “se curaban más fácil sus soldados y oficiales con la intervenciones de curanderos y remedios naturales de yerbas medicinales del campo, los que eran más baratos y efectivos que los remedios de boticas recetados por el doctor, que eran muy caros. Además sus oficiales y soldados temblaban (de miedo o desconfianza) cuando el doctor los atendía”. El Gobernador trata de persuadirlo al Jefe militar sobre el planteamiento, pero no hubo caso y el médico cansado de los problemas con el jefe militar tuvo que renunciar.
1 de marzo 2013
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Lindo conocer la historia de mi hermosa ciudad!
ResponderEliminarGracias Sr,
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