Héctor
Fourcade
Hombre
de Río Cuarto con un cariño muy especial a su ciudad, la describió en
versos y recorrió su historia. Verdadero
poeta lugareño que trabaja constantemente con la poesía autor de muchos libros. Pone pasión en sus poemas y los trasmite con el corazón
abierto, enseña la poesía de un modo
singular logrando la emoción profunda de muchos de sus lectores. Recita sus
poesías y conmueve, despierta inquietudes
y sorprende. Sus poemas hablan de la
vida, del amor, de la esperanza, de la amistad, del trabajo y de la belleza.
Trasmite
valores y enseña a comprender el porqué
de la poesía como el arte de sublime
para expresar lo más profundo e indescifrable, así despliega su melancolía interior y la
comparte como poeta. Autor del Manual
del Poeta y responsable de distintos talleres literarios de la ciudad y la
región en donde constantemente trasmite sus conocimientos. Fue un importante empresario industrial y fue Presidente de la Cámara de la
industria. Dirigió por muchos años las páginas del Diario Puntal vinculadas con la poesía. Autor
editor de la publicación “El Decidor;
productor y conductor del programa de radio “Las dos plumas”. Recibió
importantes premios por su obra y fue
galardonado en el año 2010 con el premio “Juan Filloy” por su labor poética. Organizó
junto a otros miembros la “Sociedad de Escritores de Río Cuarto” SER, de la cual es el presidente.
Héctor,
muy buenas tardes, es un placer estar aquí contigo.
— Buenas tardes, muchas gracias por la
entrevista, haciendo referencia a tu dicho de “poeta mayor” te digo que debo
ser uno de los poetas más grandes de edad que quedan.
De
alguna manera y aunque uno no lo pretenda, la poesía está incorporada en la
personalidad, en el espíritu, el alma del escritor. Siempre digo que quien
quiera conocerme que lea, porque no he tenido ningún cuidado, no he respetado
al lector, le he contado como me late el corazón, la posibilidad de mostrarme
completamente desnudo. Si a alguien le sirve lo que he sentido y lo que siento,
bienvenido sea.
¿Cómo nace en Héctor Fourcade la
inclinación por la poesía y desde que edad?
—
Creo que esto viene conmigo, tengo una poesía escrita de puño y letra de la
madre de mi papá que le escribió a mi hermana mayor, su primera nieta.
Con
mis hermanos nos escondíamos detrás del sillón grande de casa para escuchar a
mi papá decirle poemas de amor a mi mamá. Éramos diez hermanos y mi papá nos decía que podíamos leer
todos los libros que queramos menos los de un sector, pícaramente fuimos a leer
a ese sector, donde estaba lleno de poesías. También recuerdo que una niña en
la primaria me escribió en un papel: “¿Me amas?” y yo conteste: “Te amo porque existes y aun si no
existieras te amaría, quiero tanto tu amor como quiero a la vida, que si tu no
me amaras moriría”. De manera que
puedo decir que desde niño tengo esta inclinación por la poesía.
¿Tu escuela primaria estaba en Rio
Cuarto?
—
Sí, fui a la escuela Normal. En tercer grado, tuve una excelente maestra, fue
ahí que empezó a mostrarse mi vena.
¿Tu primer amor a que edad?
— A los dieciséis años. Fue un amor espectacular, los primeros
versos que escribí fueron para ese primer amor.
¿En el secundario, como siguió tu
vida?
— Tuve un profesor de literatura donde nos
hizo ver hasta Góngora. Después ya cuando fui más grande me atrapó la vida, me
casé, tuve hijos, tuve que trabajar y cumplir con el papel de “macho proveedor”
que esta sociedad machista exige, donde ya no tenía más tiempo para escribir,
de igual manera siempre tuve presente la lectura.
¿Cómo fue tu adolescencia?
—
Fue muy interesante, íbamos al campo en vacaciones, donde cada uno tenía su
propio caballo. La familia Fourcade es una familia de los señorones de aquella
época en Rio Cuarto, fundador de la Sociedad Rural, una familia con muchas
hectáreas, muchas vacas, pero muchos hijos también, lo que hizo que la herencia
no pasara a dos generaciones, por lo que tuve que pelear la vida desde joven. Siempre
hice lo que me gustó hacer, tengo que agradecerle a Dios, en todos los ámbitos
pude hacer lo que me gustaba.
Volviendo a la poesía, te he oído
decir que a la poesía no hay que
explicarla ¿Cómo es eso?
— Lo primero que digo, si hay que explicar el
poema, no sirve. Y si el poema no conmueve, no sirve. Son dos cosas
fundamentales. Porque si no se atrapa al lector, si no le corre el frio por la
medula no tiene mucho sentido, lo mismo pasa con la literatura en general.
Alguien
dijo que al poema hay que construirlo de tal manera que una vez hecho si se le saca una palabra
el poema se desmorona, y esto es tan cierto que cada palabra es imprescindible.
La poesía es tan pura, tan concreta que no permite que haya palabras que estén
de más.
Entiendo que poeta es una persona que debe tener mucha
sensibilidad y mucha observación.
—
Así es, deberían ser dos cosas que formen parte de la personalidad de un poeta.
En
los talleres explico y les hago hacer ejercicios: salga a la calle y observe,
piense en que estará pensando la señora que pasa por la calle. Veamos caer la
hoja del árbol en otoño de una manera diferente. Con respecto a la sensibilidad
es ahí donde puede diferenciar a las personas, ser sensible puede ser un don
natural y también se debe ejercitar.
¿Tu referente en poesía quien fue?
— Fueron los clásicos desde el principio, la
poesía española ni hablar. Y tengo a un argentino que es Leopoldo Lugones,
cuando uno lo lee encuentra todo lo que se necesita, con respecto a la observación,
la sensibilidad.
¿Seguís escribiendo permanente?
— Sí, absolutamente, no tanto como quisiera
porque vuelvo a tener responsabilidades como adulto mayor que me lleva muchas
horas.
Cumplió diez años una revista que es una publicación tuya,
¿fue una gran satisfacción?
— Absolutamente,
una de las cosas más lindas de los últimos tiempos, usted en una de las notas
que me envió me dijo que he escrito más de tres mil páginas, la verdad que no me había dado cuenta
que en diez años las había escrito. La revista cumple una parte importantísima
de esta misión que me he impuesto de hacer gustar la poesía. Esta revista, “El
Decidor”, ha perdurado más de diez años, es la revista más antigua y que más ha
durado en el espacio riocuartense, dada la característica cultural que tiene.
¿Cuántos libros tienes escritos
hasta ahora?
— Diez libros de autoría propia, de los cuales
una es una novela (Fue una atrevimiento mío escribirla, pero quería darme el
gusto), cuatro o cinco son poemarios completos cada uno con una temática
particular y doce en coautoría.
¿Sos un hombre de fe, Héctor?
—
Sí, soy un hombre de fe. También descubrí que la fe no es racional, esto de
filosofar, y buscar en la teología razones lógicas para las respuestas a las
grandes preguntas; es una tarea que no llega a respuestas concretas, porque la
fe no es razonable, se la tiene gracias a Dios o no se la tiene, pese a que la
mayoría de los científicos terminan de rodillas ante la magnitud del infinito
del universo, ante esas cosas que nuestra limitada mente no le encuentra
razonamiento y las otras que ya son filosóficas que estamos haciendo acá, el
sentido que tiene la vida. Yo creo que la fe en Dios da sentido y objeto a la
vida.
¿Qué opinas del Papa Francisco?
— Es un profeta, me parece que viene en un
momento oportuno, en el momento que más se necesita que alguien hable,
necesitamos una forma de entendernos los hombres, de entender la riqueza, la
distribución, las responsabilidades para con el otro.
¿Qué opinas de la juventud?
—
Tendría que ser maravillosa y en gran
medida lo es, pero también observo que es uno de los graves problemas que
tenemos, estoy yendo a las escuelas secundarias a dar charlas sobre la poesía y
realmente con las preguntas que me hacen me doy cuenta que esta desorientada,
están desinteresados, no les preocupa, no tienen interés por el futuro, les
faltan valores, están entretenidos o los están entreteniendo con otra cosa. El
sistema los está entreteniendo con la Play Station, el teléfono, los whatsapp, el sistema te permite
conectarte a través del teléfono y tener
mil amigos pero hay mucho vacío de conocimiento en ellos.
¿Y de la corrupción?
— Me tiene muy mal, me tiene enfermo, la
injusticia se ha incrementado, esta
magnitud del robo, de faltarle el respeto a la gente para obtener más
riqueza. Me preocupa la injusticia de
que queden sin pagar sus culpas, yo creo que el que roba debe vivir preso, por
supuesto no estoy de acuerdo con la pena de muerte, me parece que el
sistema se ha relajado tanto en esta
cuestión, que los mismos jóvenes no creen en la política. Pienso que la
corrupción es uno de los flagelos más serios de estos tiempos, porque nadie
cree en la virtud del que administra.
¿Qué es Río Cuarto para vos?
— Como patria es la tierra donde se ha nacido, patria
es la tierra donde se ha sufrido, y es mi patria, con todo lo que la palabra
tiene de padre. Gracias a la ley de la territoriedad de las embajadas soy
riocuartense, pese a que yo nací en la
Ciudad de Villa Mercedes, en la casa que era el lugar donde estaba radicada la
feria “ascendados riocuartenses” que eran los pioneros de aquella Sociedad
Rural originaria. Nací en un lugar de bandera riocuartense, por lo tanto me
considero riocuartense. Aquí crecí, aquí
me desarrolle, aquí tuve y tengo mis amores, mis nueve hijos, mis doce nietos,
eso hace que las raíces estén profundamente ligadas a esta tierra.
Héctor, ¿Cuál es tu hobby?
—En
este momento es escribir y leer. También
toco el piano, la música es importante para mí.
¿Fuiste empresario también?
— Otra parte poética de mi vida, sí, y fui muy adinerado también. Nunca entendí a
alguien que se sienta detrás de un escritorio esperando que la gente entre a comprar,
no podría estar jamás. Siempre salí a buscar los negocios, por eso fui
industrial, y siempre inquieto, buscando donde estaba el producto. He viajado
por el mundo aprendiendo y estudiando. Gracias a Dios pude hacerlo, exportaba a
17 países del mundo productos de electrónica fabricados en Río Cuarto por mi
empresa. La caída de ese proceso industrial fue tal vez un error mío, en
aquella época los industriales compraban campo, yo compraba máquinas para
producir más, llegué a tener 68 empleados. Ese periodo de mi vida fue muy
importante, pero como en todas las cosas de este país, hay imponderables y
algunas imposibilidades que no dependen de uno.
¿Tenés enemigos?
— No sé si enemigos, si sé que alguna cosquilla
he hecho en la vida, esta actitud mía de disfrutar de la exposición no es bien
vista por muchos, pero me recuesto y me defiendo diciéndote que la envidia no
perdona, aunque sea el homenaje que la mediocridad le ofrece al merito.
¿Cómo ves a los escritores de Rio
Cuarto?
—
Creo que son muchos, hay algunos muy buenos, están sufriendo una realidad que
es no recibir el apoyo de nadie para hacer conocer sus producciones porque el
sistema de las editoriales hace que no todos tengan la posibilidad de editar
sus libros. Ese negocio está preparado para ellos, para los libreros y las
editoriales, el escritor es el menos beneficiado en ese sistema y cae entonces
a la edición del autor. En busca de
una solución a esto que estoy planteando, es que nació la SER (Sociedad de
Escritores Riocuartenses) exclusivamente para hacer conocer las producciones
literarias de nuestros escritores y ayudarlos con sus ediciones. La SER tuvo un
gran éxito, antes de ella había como un
silencio que gritara y tuvimos una respuesta inmediata de la gente. Fue algo
muy interesante y contagioso.
Bueno Héctor hemos llegado al final
de esta entrevista, te dejo el último minuto para que cierres con lo que
quieras.
— Bueno te deseo contar que estoy escribiendo mis memorias, ya tiene título
se llama “Bis a Bis” —cara a cara conmigo mismo—, y realmente yo mismo me
admiro de todo lo que he pasado en mi vida, han pasado muchas cosas en mi vida
y estoy agradecido. Bueno ahora como
poeta me corresponde terminar esta nota con un poema.
“Ya
no, ya no soy quien antes fui,
ya no voy, tan solo vengo,
los años que ya no tengo son los años que
viví,
solo
queda lo que di,
Dios
conoce en qué medida
y
al darme la despedida que se la puedan decir
que
no me importó morir, pues gaste en vivir
la vida”
Gracias Héctor Fourcade
WB Julio 2015
Gracias Walter por la nota... Es Ud- muy generoso en sus apreciaciones.. Gracias...
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