viernes, 23 de octubre de 2015

Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto. (Parte 4) -Ongania en Río Cuarto-

La Comisión Pro Universidad, también conocida a partir de la presidencia del Ing. Lucchini como “Comisión Ejecutiva Central”, trabajaba con una estrategia muy clara y bien definida,  se reunía cada semana para revisar su plan de acción. Decidida a continuar con sus objetivos, siendo uno de ellos lograr  la Visita del Presidente de La Nación a Río Cuarto, dado que había una promesa que el mismo efectuó en la Fiesta Nacional del Trigo en la ciudad de Leones hacía pocos días. 

El fundamento básico de la visita a Río Cuarto  era  el cumplimiento de los cien años de la Excursión de los Indios Ranqueles  encabezada en 1870 por el Coronel Lucio V. Mansilla, junto a los frailes Marcos Donati y Moisés Albares  y un reducido grupo de soldados sin armas que formaban la expedición. Mansilla había sido nombrado Jefe de la Frontera Sur por el Presidente Sarmiento, y luego de aquella excursión, destituido por el mismo Presidente, por la causa de  fusilamiento a un soldado varias veces desertor sin juicio previo. 
Ahora la república, con la ciudad incluida, le rendían un homenaje levantando una estatua sobre la avenida Sabattini para recordar a este Comandante de frontera que vivió unos meses con los pobladores de Río Cuarto y llega a las tolderías de los ranqueles para reconocer el terreno, hablar con los caciques y exponer sobre los tratados de paz que muchas veces el gobierno incumplía. 

Fue esta la    causa que arribaba el Presidente de la República  a nuestra ciudad, pero indudablemente que había otra causa de trasfondo, que  era observar desde la presidencia si Río Cuarto debía tener una universidad nacional, porque a la Casa Rosada y al Ministerio de Educación Nacional,  llegaba información muy insistente e interesada “que no era conveniente crear una Universidad Nacional” dado que ya había una universidad privada funcionando, que era la Universidad del Centro. Por eso que el ministro expresaba  de manera contundente “Si ya tienen una universidad… ¿para qué quieren otra?”  

La oficina de ceremonial de la presidencia convocó a la Comisión Pro Universidad para una reunión el 23 de marzo de 1970, —una semana antes del arribo de Ongania a Río Cuarto—  y viajaron  para asistir a la misma: el Intendente Renato De Marco, el Ingeniero Alberto Lucchini, el Escribano Humberto Aguilar y el señor Víctor Yoma. En aquella reunión nada quedó bien definido, fue solamente un gran sondeo que hacia la presidencia y concluyó  de que en pocos días  se resolvería la visita o no, a esta ciudad del Jefe de Estado.
 A la semana siguiente la visita fue confirmada, la Comisión que ya tenía una experiencia importante por la visita del Gobernador de Córdoba, se organizó inmediatamente  para convocar nuevamente a la  gente en la Plaza Olmos a partir de las 15 horas del día 18 de abril   en donde recibirían al Presidente luego de inaugurar la Estatua de Mansilla

Pasadas las 15 horas  de aquel día, aterrizaba el avión presidencial  en el Taller Regional Río Cuarto,  el cual venía escoltado por cuatro aviones cazabombarderos  de la V Brigada Aérea, Villa Reynolds, provincia de San Luis.  

La comitiva oficial, compuesta por el Presidente y varios Ministros,  cruzó la ciudad  para llegar a la avenida Sabatini y participar en el acto programado;  luego de aquella inauguración  la caravana presidencial se dirigió en sentido adverso por la calle Constitución  hasta llegar a San Martín  y entrar por calle Belgrano  a las escalinatas del Palacio Municipal. La gente abarrotaba las calles, miles de personas sobre las veredas saludaban al Presidente de facto; fueron breves las audiencias en el despacho del intendente y luego se pasó al Salón Blanco donde se sirvió un vino de honor.

Desde el interior se sentía el clamor de la plaza repleta de personas. Al finalizar el lunch la esposa de Ongania, María Emilia Grenn, que había estado hablando con Víctor Yoma,  este le explicaba como vivaban al Presidente; la mujer le pidió  con insistencia  a su marido que saludara a esa gran multitud que lo reclamaba,   y así fue como el Presidente desde una ventana que fue abierta en ese momento, tomó un micrófono y se dirigió a los presentes que lo ovacionaron en varias ocasiones y concluyó su discurso que duro unos quince minutos, diciendo: “será muy probable que tengáis vuestra universidad nacional”,  también explicó que esto se lograría previo a un plan de factibilidad y  el análisis de un concejo de rectores y aquí fue cuando el pico de ovación llega a su máxima expresión,  gritaban: “Ongania, Ongania, Universidad, Universidad”.

Podemos decir que analizando los sucesos que acontecieron ese día,  Ongania quedó altamente impresionado como Río Cuarto y la región lo habían recibido y el interés que tenían por una universidad. En la ciudad y región se había formado un concejo de cooperación intercomunal de los departamentos Río Cuarto y Juárez Celman, junto a más de treinta municipalidades las  que se plegaron fervorosamente  al recibimiento del Presidente de la Nación  para pedir por la Universidad. Ongania venía como dijimos, acompañado de varios ministros, dentro de  ellos estaba el Dr. Dardo Pérez Guilhou, el que había atendido tan mal la delegación riocuartense,  pero con esta  demostración y presencia tan masiva seguramente cambió de opinión y se debió resignar a respetar la petición que era unánime y contundente. 

Ongania fue un presidente de la dictadura, pero indudablemente que en el aspecto de la educación superior favoreció a la ciudad de Río Cuarto. Varias miles de personas lo aplaudieron,  pero además y en honor a la verdad, debemos mencionar que existieron algunos grupos que   condenaron con firmeza esta visita,  porque que no fue un acto de la democracia, y consideraban a la petición de la Universidad de Río Cuarto “como instrumento de un intento corruptor”, así fue publicado en el Diario El Pueblo con una extensa solicitada el día domingo 26 de abril de 1970. La Universidad se debatía entre entusiasmos y rechazos. 

Walter Bonetto
23 de octubre de 2015
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miércoles, 21 de octubre de 2015

“Mentime que no me gusta”

Días pasado ante el evento de la Feria del Libro,  los riocuartences recibimos la visita  del distinguido relator deportivo y periodista  Víctor Hugo Morales,  quien  el  11 de octubre  efectuó la presentación de su obra “Mentime que me gusta”, ante un Teatro Municipal colmado de público que lo aplaudió con gran entusiasmo.

Quizás nadie  discute bajo ningún punto de vista  la capacidad de este gran periodista deportivo con una trayectoria tan amplia  como admirable, seguramente fruto de su profesionalidad y constante esfuerzo y trabajo, un verdadero distinguido que supo llegar al podio  de su profesión vinculada al relato deportivo; no así en la política,  en donde sus palabras   dejan interferencias  cuestionables y en muchos casos se alejan de la realidad en base a lo que expresa, y entre línea “dice constantemente que dos más dos no son cuatro, son veinticinco”.

Por lo tanto sus procederes y dichos  no siempre son objetivos y claros, especialmente  cuando  pretende: por su enorme influencia ante un público que lo sigue y admira, defender situaciones oficialistas que son muy cuestionadas. Ahí surgen las grandes diferencias con  quienes no las aceptan y las critican, por lo tanto se convierten en  mentirosos.

¿Dónde está la verdad? En aceptar que no hay pobreza, en aceptar  que la inflación es mínima, en aceptar que no hay corrupción , que no aumentó la droga, que no subió  el gasto público, que desendeudamos al país. Este para nada es el camino de la verdad porque no es la verdad en sí,  este es el camino de las mentira de este sistema que ahora nos gobierna  el cual es protagonista de una sucesión de constantes mentiras;  diciendo esto no significa que se esté en contra del gobierno, de ninguna manera, es que los ciudadanos de honestidad y trabajo precisamos que el gobierno no mienta y nos diga la verdad, si no lo hace, indudablemente le falta seriedad , y aquí tenemos un gran problema para nuestra república.  Entonces sería muy bueno que en su obra el periodista también tenga en cuenta este carrusel de mentiras que afectan, desmerecen a millones de argentinos y que diariamente le quitan el ánimo.

También debemos recordar que el señor Víctor Hugo Morales  fue un gran crítico  de este gobierno, bueno, pero es así, los grandes intereses pueden manejar muchas cosas y nosotros  tenemos sobrados ejemplos que los hombres se manejan conforme a las circunstancias de la vida.    “Mentime que me gusta”, un compendio de las falacias y del ocultamiento de los grandes medios. (nota del periodista Alejandro Fara del diario PUNTAL del día 12 de octubre de lo que expresó Víctor Hugo )  “En el último año, encontramos 200 mentiras del Grupo Clarín, pero en el libro sólo nos ocupamos de 50, una en cada capítulo”.

Parece extraordinario que de  a la luz  las mentiras de esos medios. Lo que es altamente cuestionable  es que ignore las grandes mentiras del gobierno. Clarín es un medio privado, lo compro y lo leo si quiero, el gobierno en cambio  es quien tiene que procurar mi bien común cada día y cada hora de mi vida,  por lo tanto no debe mentir porque NECESITAMOS una REPUBLICA SERIA  y en esto  hay una gran diferencia. El problema de los argentinos no es Clarin, el problema de los argentinos es que debemos ser bien gobernados y los ciudadanos respetados, por eso es que el gobierno no nos debe mentir es una cuestión de seriedad que esta ausente y hace mucho daño a la sociedad.

Los ciudadanos precisamos despertar a estas realidades y mirar claramente las dos caras de las monedas. No alcanza conque un periodista llene nuestro teatro, es algo insignificante considerado a la preocupación  de falta de república en nuestro país. El desmerecimiento de la República Argentina es en gran manera causa de las grandes mentiras que sufrió la nación   por parte de los gobernantes y de sus aduladores.

Walter Bonetto
21 de octubre de 2015
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sábado, 17 de octubre de 2015

Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto. (Parte 3) —El Operativo Leones—

El “Plan Demonstración I” había sido exitoso, Río Cuarto llenó la plaza y el Gobernador de Córdoba daba un amplio apoyo al requerimiento por la nueva universidad. Unos días antes de este plan, el Intendente municipal  había convocado a  una asamblea pública en que participaron unas 150 delegaciones representativas de la educación del trabajo y la cultura, tanto de la ciudad como de localidades vecinas que pedían una universidad nacional, la  que se llevó a cabo el 31 de octubre 1969 en el Teatro Municipal, en donde se define conformar  una “Comisión Pro Universidad Nacional de Río Cuarto”,  cuyos integrantes fueron verdaderamente los pioneros  en llevar adelante el proyecto de gestación y dieron  el empuje vigoroso para que se lograra la casa de altos estudios.

Esta primera comisión fue presidida  por Ing. Alberto Lucchini, y el Dr. Ricardo Martorelli, fue su vicepresidente. Ahora trabajando la comisión a pleno se hicieron en una año distintas gestiones en la ciudad de Córdoba y Buenos Aires tendientes a  encarrilar y dinamizar el proyecto, lo cual para nada resultó fácil, pero la comisión junto a colaboradores, se movían con dinamismo y objetivos claros, en donde la mayoría de sus integrantes participaban con verdadero entusiasmo  y organizados  en un  equipo muy bien coordinado.

Así fueron avanzando en las gestiones,  pero un obstáculo muy significativo  que se presentó, fue la entrevista realizada al Ministro de Educación de La Nación, Dr. Dardo Pérez Guilhou, la cual se concretó luego de mucha insistencia el 23 de diciembre de 1969 y fue muy desagradable, porque primero  hubo una larga espera para lograr la audiencia y que la delegación de Río Cuarto fuera  recibida, al final como de lástima se le asignó un día incómodo y una hora inadecuada; después el Ministro  atendió a la delegación con una desprolija educación, en su despacho ni siquiera se  invitó a los visitantes tomar asiento. El Ministro se incorporó apoyándose al frente de su escritorio y comenzó a decir cosas sueltas y muy desubicadas inconcebibles de una alta autoridad;  hubo cruces de palabras duras. Tuvo un enfrentamiento con el sacerdote de Gral. Cabrera  el Padre Miguel Aristimuño, quien integraba  delegación en representación del obispado, una persona  con brillante corrección  y brevemente le explicó para que solicitábamos la Universidad, quien mencionó:  “Señor Ministro, traigo la adhesión de la comunidad católica de nuestra diócesis y la palabra del Señor Obispo en apoyo de la creación de una Universidad Nacional en Rio Cuarto, que además de llenar una sentida necesidad en materia de enseñanza universitaria y promoción económica y cultural, ha de contribuir eficientemente a lograr la pacificación de los espíritus”   Esto  irritó al malhumorado Ministro quien  interrumpió al Padre, levantando la voz con un exabrupto  y le dijo:  “que me viene hablar usted de pacificación de los espíritus, si todos sus colegas andan por ahí alborotando a la gente…”, en este caso  lo interrumpe con firmeza  Luis Raúl Roca,  quien era también un hombre de Río Cuarto  que integraba la delegación en representación de la Confederación General del Trabajo y le dice con mucha firmeza  al Ministro mirando también al sacerdote:  “ bueno nos equivocamos, porque aquí  estamos frente al ministro de mala educación. Nosotros venimos a verlo a usted representando a importantes sectores de la comunidad y no ha pasiones mezquinas,  porque nos anima el afán de contribuir a la solución de los problemas del país,  de manera que no aceptamos reprimendas de nadie por nuestro proceder”.
 
Víctor Yoma, participante de la reunión, indica  que “fue muy fuerte la intervención de Roca, una verdadera y justa frenada al Ministro, y  se notó que el hombre se dio cuenta que había estado mal, porque a partir de allí cambio su actitud   y al final   entregó un ejemplar de las pautas para crear nuevas universidades, imposible de cumplir y en total discrepancia con el Plan Taquini”. Así el Ministro dio por terminada la precaria reunión y despidió a la delegación sin darles la mano.  Salieron  de ahí con una experiencia muy desagradable, pero entendían que eran las condiciones de aquella lucha y no debían bajar los brazos.
En los primeros días de marzo de 1970  el Gobernador de Córdoba estaba en Mendoza participando de la fiesta de la Vendimia, el Presidente de La Nación le dice en aquel lugar  que en días llegaría a la ciudad de Leones para concurrir a la Fiesta del Trigo. No perdió tiempo el ingeniero Huerta,  se comunicó con el Intendente de Río Cuarto para indicarle el movimiento del Presidente  y le sugiere que organice destacar una delegación de gente de la ciudad y región  para concurrir a Leones  y manifestar la inquietud de la Universidad al Presidente.

El Ing. De Marco le pide a Víctor Yoma, que se comunique urgente con el Gobernador  porque así habían quedado y fue de este modo que se coordina la visita a la Fiesta Nacional del Trigo. Unas dos mil personas de Río Cuarto se movieron entusiasmadas hacia aquella ciudad con doscientos automóviles y dieciocho ómnibus, antes había concurrido el intendente y el ingeniero Lucchini para preparar la llegada y tener todo organizado con las autoridades de la ciudad de Leones. El día 8 de marzo la columna de todos los riocuartenses se colocó a la vera del camino desde el aeroclub  al centro de la ciudad,  y daban la bienvenida a Onganía, además de desplegar carteles en pro de la Universidad de Río Cuarto, lo que impresionó al Presidente, quien preguntó por qué tanta gente de Río Cuarto y le respondieron que venían pidiendo una universidad.

Luego de los actos centrales y antes de ingresar a la cena el Presidente recibe brevemente a la  delegación. Onganía mencionó que estaba sorprendido ante tanta gente, el Señor Osvaldo Collosa, le respondió que “veníamos por la educación” y ahí fue  cuando Onganía promete que a la brevedad visitará la ciudad con mucho gusto y agrado. El “Operativo Leones” se había cumplido con éxito y se conocía que el Presidente de la República vendría a Río Cuarto. Lo cual detallaremos en la próxima entrega.


Walter Bonetto
17 de octubre de 2015
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martes, 13 de octubre de 2015

Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto. (Parte 1)

La creación de la Universidad Nacional de Río  Cuarto comprendió   una serie de sucesos  concadenados,  planificados por un grupo de personas  que luchaban para que la ciudad y la región  contaran con una casa de altos estudios y así dieran posibilidades de cursar  carreras superiores a tantos jóvenes de esta amplia zona del país  y otras provincias.

Los antecedentes de esta creación se pueden tomar a partir  del año 1969,  cuando la pujante ciudad de Río Cuarto contaba con 88000 habitantes, siendo rodeada de una rica región agrícola ganadera convertida en su motor de influencia y progreso.

 Por aquellos años  se  anhelaba fervorosamente  contar con una casa de altos estudios  que diera posibilidades a la juventud  de formarse en la educación superior con carreras  vinculadas  con el potencial de la región,  sin que tengan que concurrir a otros centros universitarios, los cuales estaban superpoblados de estudiantes y resultaban distantes.

La lucha por la nueva universidad  creo discrepancias muy considerables  con muchas personas de Río Cuarto y muy especialmente  con algunos  dirigentes radicales de la ciudad, que se opusieron tenazmente por considerarla una gestión inoportuna,  dado que eran tiempos de dictadura militar; además creo  muchas expectativas  con relación al futuro de la "Universidad del Centro" que funcionaba en la ciudad como una institución privada, la cual fue pionera y precursora de enseñanza superior que ya venía desarrollando con un gran esfuerzo sus actividades   desde hacia algunos años, pero presentaba problemas económicos  graves, por falta de apoyo y financiación del estado y  no era una universidad preparada para cumplir con mayor amplitud todas las demandas de la región para formar nuevos profesionales, justamente por la falta de apoyo nacional en el orden presupuestario.

Los opositores a este nuevo emprendimiento criticaban con dureza  que el mismo estaba siendo gestionado ante un gobierno de facto y para ello  se  peticionaba  ante la dictadura militar,  lo cual no resultaba  procedente y lo consideraban una vergüenza desde el punto de vista republicano.
Pero más allá de estas críticas tan urticantes, como en gran medida incorrectas,  por el modo agresivo en que se las planteaba ante varios medios de prensa,  donde se publicaban solicitadas en contra del emprendimiento,   la idea de aquellos hombres impulsores de esta nueva casa de altos estudios, era:  "lograr el objetivo" más allá de quien estuviese gobernando  el país. Ellos estaban convencidos que la ciudad de Río Cuarto debía tener una Universidad Nacional,  y ese era el gran objetivo a alcanzar, pese a que muchos políticos se incomodaran.

 También aquellos hombres precursores entendían  que peticionar no significaba apoyar al gobierno militar. Río Cuarto peticionaba una casa de altos estudios porque precisaba  para su desarrollo y su progreso una educación superior asistida por la nación.

A mediado del mes de noviembre de 1968, más específicamente en los días  16,17, y 18,  un grupo de destacados intelectuales argentinos son convocados  a la provincia de La Rioja, en la zona de Chilecito,  en la  Finca Samay Huasi,  por la Academia del Plata,  para que presentaran ideas destacadas hacia la concreción de un país mejor desde el punto vista de la ciencia.

Entre aquellos intelectuales  y destacados pensadores se encontraba un joven y destacado médico de Buenos Aires, que con sus 33 años ya era el Decano de la  Facultad de Farmacia y Bioquímica de la Universidad Nacional, UBA,  y venía trabajando en una importante labor investigativa y de planeamiento junto a algunos colegas sobre el “problema universitario argentino”, al cual  lo habían analizado integralmente; este profesional era el doctor Alberto Taquini ( h), autor del Proyecto “Nuevas Universidades Para el País”, cuyo objetivo perseguía  descentralizar la Universidad de Buenos Aires y el resto de las grandes universidades, y así mejorar la educación superior en Argentina, creando universidades más funcionales y adecuadas a cada región. A su trabajo se lo conoce como “Plan Taquini”, y cuando fue presentado en Samay Huasi, en aquel coloquio de intelectuales tuvo un alto impacto y aceptación del grupo.
Por el año 1968 el gobierno militar estaba presidido por el General Ongania, sospechado por otros generales y gran parte del pueblo,  de querer perdurar indebidamente en el poder.

De los tres edecanes que tenía el presidente de la nación, uno de ellos, el edecán aeronáutico, era el Vicecomodoro   Raúl Boheler, un hombre de Río Cuarto  y aquí radicaba su familia. Con su corazoncito puesto en el imperio, observó en la presidencia el libro del Dr. Taquini, que hablaba de las nuevas universidades  y citaba “las pampeanas”, —una futura universidad que se podía abrir en Santa Rosa de la Pampa o en Río Cuarto—.   Cumpliendo un plan de vuelo de la Fuerza Aérea,  de la que era piloto  y debían llegar con carga al Área de Material Rio IV, aprovecha llegarse  a su ciudad natal, y mientras aquel avión se descargaba,  además de pasar a saludar a su familia trae la documentación de  las nuevas universidades  , entonces y sin conocerlo, visita al Intentendente, Ingeniero  Renato De Marco,  le trae copia del proyecto y el Libro de las Nuevas Universidades. Boheler  no era conocido en la ciudad, excepto por su familia y amigos,  y menos en la municipalidad,  cuando se presenta en la secretaria pidiendo saludar al intendente como el Edecán del Presidente de la Republica, todo se revolucionó al instante,  y el visitante se dio cuenta del nerviosismo de quienes lo atendían, entonces  aclaró que no venía en misión de servicio, que lo hacía en forma personal, solamente quería entregar en manos una documentación al intendente, quien al ser informado lo recibió sin demora. La reunión fue breve  y muy agradable  el Vicecomodoro se puso a entera disposición del intendente Renato  De Marco, y en aquel sobre podemos decir “que dejaba las llaves” que abrían el difícil camino —el cual vamos a recorrer en las próximas entregas— para que se creara la nueva Universidad Nacional de Río Cuarto.

2 de octubre de 2015
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Raíces de la Universidad Nacional de Río Cuarto. (Parte 2)

El Vicecomodoro Boheler, edecán del Presidente de la República,   había dejado la información  elemental en manos del Intendente Renato De Marco, quien luego de analizarla la traslada a un grupo de profesores del Colegio Industrial,  del cual el Intendente era Rector antes de asumir como Jefe de Gobierno Municipal; los profesores analizaron el proyecto pero se mostraron un tanto escépticos con la idea, creyendo que no sería fácil de lograr semejante emprendimiento.

El Secretario de Gobierno municipal era el abogado  Ever Francisco Barbero,  quien tiene en gran medida en sus manos el camino a seguir para definir la nueva idea de una Universidad Nacional para Río Cuarto. Para eso  le va dando  participación  e informa de la propuesta a varias personas de la ciudad, dentro de ellas, a  un joven y exitoso empresario local, muy allegado a él por su actividad política y empresarial, el señor Víctor Yoma, oriundo de la localidad de Reducción,  formado en la antigua Escuela de Aprendices del Taller Regional Río Cuarto y en el Colegio Nacional  de esta ciudad.

Víctor Yoma por razones laborales concurre al estudio del doctor Barbero y ahí fue cuando este le cuenta lo de la universidad   y le pide su opinión. Yoma  se entusiasma significativamente con la idea. Barbero le comenta que el Ingeniero De Marco, pensaba hacer un encuentro  con unas veinte o treinta personas representativas de la ciudad  ante la visita del Gobernador de Córdoba,  prevista para los próximos días  en que se festejaba  el Día de la Ciudad de Río Cuarto  y  buscar apoyo de instituciones locales para dejarle la inquietud  al gobierno provincial. Víctor Yoma le responde inmediatamente que “no le parecía bien”,  porque había que hacer algo distinto, algo más significativo, que impactara con fuerza,  y menciona que se debía llevar adelante  una gran concentración que llenara la  plaza de Río Cuarto, para que se demuestre al gobernador la inquietud de la gente de lograr una Universidad, el abogado le responde que estaba loco, que no había tiempo, Yoma le dice  que no estaba loco, que se podía hacer que si al él le daban apoyo trabajaría de inmediato para lograr ese acontecimiento .

La idea fue expuesta al intendente y  en principio no fue aceptada dado que el Ing. De Marco se mostró poco entusiasmado, diciendo que estábamos a muy pocos días de la visita del Ingeniero Huerta  a la ciudad y no había tiempo para esa convocatoria.

Víctor Yoma,  había salido de aquella charla con su abogado sin decepcionarse y mientras caminaba  por la calle 25 de Mayo hacia  la casa de su abuela, por su cabeza pasaban grandes inquietudes y un resumen optimista: “lo voy a realizar”;   al llegar de su abuela se sentó al frente de la  máquina de escribir  y elaboró el borrador  de un plan muy concreto,  reflejando en el mismo que se podía hacer una gran convocatoria y definía cómo se la podía realizar en pocos días y tener éxito. Cuando lo presenta nuevamente a las horas lo llaman presurosamente de la municipalidad para decirle que estaba aprobado  y que lo pusiera en marcha. Imprenta, policía municipal y colaboradores estaban a disposición para trabajar.

Se fue rápidamente difundiendo la noticia sobre la convocatoria, se trabajó en contra reloj  con vecinales, clubes, escuelas secundarias, sociedades mutualistas, centros de estudiantes, especialmente el Centro de Estudiantes del Colegio Nacional Nº 2, que trabajaban dando un gran apoyo con el impulso entusiasta de su Rector, el  Profesor Humberto Aguilar.

También apoyaron esta actividad empresas y municipalidades vecinas, clubes agrarios, cooperativas agropecuarias  y centenares de familias, para que el 11 de noviembre, día de la ciudad,  se esperara al gobernador, en donde además de los actos de  festejos se le pediría masivamente  por la Universidad Nacional.

 En la medida que se difundía esta idea crecía el interés general y todos apoyaban con mucho entusiasmo la misma, tanto en la ciudad como en la región y se comprometían para estar en la Plaza Olmos.    
Nacía así por inquietud y trabajo de Víctor Yoma y  el apoyo de tantos colaboradores el  “Plan Demostración 1” que tenía como finalidad demostrar al Gobernador la inquietud entusiasta de los ciudadanos de contar con una casa de altos estudios en la ciudad de Río Cuarto.
 
    Al arribar el Gobernador aquel 11 de noviembre en horas de la mañana, la Plaza Olmos y sus calles adyacentes estaban llenas, abarrotadas de público, fue una fiesta mayor,  grandes carteles que pedían por la universidad. Aviones del aeroclub colaboraban lanzando boletines, los gauchos de San Martín acompañaban el acto  y el gobernador quedó  impactado por la gran cantidad de gente de Río Cuarto y la región que lo estaba esperando calculada en más de diez mil personas. Ahí fue donde el Gobernador   prometió todo el apoyo para que se instalara una universidad nacional en la ciudad.

Plaza Olmos esperando al Gobernador  Ing. Roberto Huerta  11-11- 1969
 El “Plan Demostración se había cumplido exitosamente. Fue todo un trabajo arduo, dinámico,  pero estuvo muy bien organizado a pesar del poco tiempo con que se contaba, igual esta convocatoria alcanzó un éxito extraordinario. El apoyo del Ingeniero Huerta para la gente de Río Cuarto fue incondicional y trabajó constantemente  por este objetivo, fue también el mismo gobernador que da la idea que una caravana de riocuartense se presentara en la Ciudad de Leones donde estaría el Presidente de la República para participar de la fiesta del trigo, oportunidad que podría ser usada   para pedir por nuestra universidad nacional  la cual detallaremos lo ocurrido en aquella ciudad en la próxima entrega.

 Walter Bonetto
12 de octubre de 2015
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sábado, 3 de octubre de 2015

2da. Entrevista al Sr Victor Yoma por la Historia de la UNRC

Segunda entrevista realizada por el Escritor Walter Bonetto en LV16 Radio Río Cuarto  al Señor Víctor Yoma, uno de los referentes de la gestión por la Creación de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
(Septiembre de 2015)

Queridos amigos, continuamos con el señor Víctor Yoma ,  en esta Segunda Entrevista. El nos está llevando de la mano para contarnos como fueron esos episodios para concretar  esta institución de la que estamos hablando, la Universidad Nacional de Río Cuarto.


¿Cómo  se decide de que tenía que trabajar para la creación de la Universidad? 

— Yo nací y me crie en Reducción, tanto mi papá como mi familia teníamos un vínculo muy estrecho con la escuela, en un pueblo pequeño había esa necesidad de cooperar.
Al decirme el Doctor Barbero, que era un abogado muy conocido mío,  que iba a venir el gobernador, y  habían pensado hacer una reunión de unas veinte a treinta personas para solicitarle ayuda, bueno ocurrió lo que ya  le manifesté  en la entrevista anterior,  trabajé mucho  para organizar una convocatoria y llenar la plaza Olmos  y se me ocurrió la idea de ponerle de título “Plan demostración” a lo que proponía invitar a todas las instituciones de la ciudad. Para que ellos con su presencia demostraran al Gobernador la inquietud por una Universidad Nacional.

Se hizo una asamblea popular pública, con todos los delegados de cada institución, ahí se designó una comisión provisoria. Se distribuyeron volantes, se recurrió a la presencia de estudiantes, el centro de estudiantes del colegio Normal ayudó a la organización. Recibimos apoyo de toda la ciudad.

¿Cuándo llego el día estaba la plaza llena?

 —  El Gobernador aterrizó en la base aérea de las Higueras y teníamos formado un cordón entre Las Higueras y Rio Cuarto, se logró un clima de   contagio popular.  En principio dio el saludo de bienvenida el Ingeniero De Marco, en ese momento intendente de Rio Cuarto. La sorpresa del Gobernador al ver tanta gente y preparativos fue increíble, no sabía cómo hacer para retribuir al acontecimiento. Esta convocatoria fue un éxito total. Allí se redactó un acta de compromiso de parte del Gobernador, la provincia de Córdoba no solo iba a apoyar esta iniciativa sino que iba a financiar  elementos que resultaban necesarios como era el estudio de factibilidad.





La Plaza Olmos estaba llena  la gente de Río Cuarto y la región  clamaba por una Universidad Nacional






¿Después de este acto exitoso cuáles fueron los pasos que siguieron?

—  Después del 11 de noviembre, comenzamos a principios del año 1970 a tener contacto con el Ministro de Educación de la provincia de Córdoba, que era el Profesor Victor Barrionuevo Imposti, un hombre que había sido de Río Cuarto, como siempre recurrimos a los aviones del Aeroclub e hicimos dos viajes a Carlos Paz donde estaba el Ministro, él tenía que tomar la decisión para aprobar nuestra propuesta y ayudarnos. Barrionuevo Imposti  fue otro eslabón importante porque  nos ayudó mucho y siempre estaba bien predispuesto para darnos una mano. Una vez que ya teníamos el apoyo de la provincia, teníamos que subir a otro nivel, tratamos de contactarnos con el Ministro de Educación Nacional, esto fue distinto, bastante complejo, ya nosotros teníamos referencias de que el Ministro de Educación de la Nación,  no era  partidario de crear nuevas universidades, porque les iba a afectar a su presupuesto.

¿Y qué hicieron entonces?                                                                                                                                                                                                                                                                          
—  La estrategia que se definió procuraba volver a las fuentes, significaba volver a las fuentes, consideramos oportuno tomar contacto nuevamente con el  Edecán del Presidente Ongania, el Vicecomodoro Boheler, que sabíamos que siempre estaba dispuesto en ayudarnos, entonces   Fuimos a Buenos Aires y llevamos un informe muy detallado de lo que habíamos hecho y hasta donde habíamos avanzado y  allá con la ayuda de este hombre pedimos una audiencia para  hablar con el Ministro de Educación de la Nación, lo cual no fue fácil de lograr. Claramente nos dimos cuenta de que el Ministro no nos quería recibir, al final luego de pasar varios días y de mucho insistir  nos dio la audiencia en una fecha inconveniente de la que seguramente  esperaba  que nosotros no concurriéramos  que fue el día 23 de diciembre a las 18 hs. y nos avisaron con muy poca anticipación, en definitiva  querían que no fuéramos ya que era víspera de navidad, peri   igual aceptamos la entrevista y fuimos 14 personas, nos acompañó el Doctor Taquini. Se notó claramente que al Ministro le causó desagrado nuestra presencia, fue evidente por su falta de calidez y calidad demostrada.



                                                    Sr. Victor Yoma

El Ministro de Educación de la Nación  no simpatizaba con la idea de que Río Cuarto tuviera una Universidad y nos recibió de manera desagradable.






¿Y cómo les fue con la entrevista? 

  —  Fue muy mala, porque primero  hubo una larga espera para que nos atendieran, y después el Ministro de Educación de la  Nacion, que era el Doctor Dardo Pérez Guilhou, ni siquiera nos invitó a sentarnos. Se incorporó apoyándose al frente de su escritorio y comenzó a decir cosas sueltas y muy desubicadas inconcebibles de un ministro;  hubo cruces de palabras duras. Tuvo un enfrentamiento con el sacerdote de Gral. Cabrera  el Padre Miguel Aristimuño, quien integraba nuestra delegación en representación del obispado, una persona  con brillante corrección  y brevemente le explicó para que solicitábamos la Universidad,  mencionando:  “Señor Ministro, traigo la adhesión de la comunidad católica de nuestra diócesis y la palabra del Señor Obispo en apoyo de la creación de una universidad nacional en Rio Cuarto, que además de llenar una sentida necesidad en materia de enseñanza universitaria y promoción económica y cultural, ha de contribuir eficientemente a lograr la pacificación de los espíritus”   Esto seguro que irrito al malhumorado ministro quien  interrumpió al Padre levantando la voz con un exabrupto  y le dice :  “que me viene hablar usted de pacificación de los espíritus, si todos sus colegas andan por ahí alborotando a la gente…”, en este caso  lo interrumpe con firmeza  Luis Raúl Roca,  quien era también un hombre de Río Cuarto  que nos ayudaba y era integrante de nuestra delegación en representación de la Confederación General del Trabajo y le dice con mucha firmeza  al Ministro mirando también al sacerdote:  “ bueno nos equivocamos porque aquí  estamos frente al ministro de mala educación. “Nosotros venimos a verlo a usted representando a importantes sectores de la comunidad y no ha pasiones mezquinas  porque nos anima el afán de contribuir a la solución de los problemas del país,  de manera que no aceptamos reprimendas de nadie por nuestro proceder”.   Fue muy fuerte la intervención de Roca, una verdadera y justa frenada al Ministro y  se nota que el hombre se dio cuenta que había estado muy mal, porque a partir de allí cambio su actitud   y al final  nos entregó un ejemplar de las pautas para crear nuevas universidades, imposible de cumplir y en total discrepancia con el Plan Taquini. Al final el Ministro dio por terminada la precaria reunión y  no nos dio la mano.  Salimos de ahí con una experiencia muy desagradable.

Después de ese episodio, ¿Cómo termina esto?

—  Meses después, en Mendoza se celebró la fiesta de la vendimia, donde asiste el Presidente de la Nación y  también el Gobernador de Córdoba, el ingeniero Huerta; él nos llama y nos dice que días después estaba la Fiesta Nacional Del Trigo en Córdoba, le avisa  al Intendente de Rio Cuarto que preparemos varios autos para estar presente allí sería importante que Ongania viera lo que pedía Río Cuarto.  El ingeniero Huerta además de ser colaborador era “cómplice”, entusiasta de que se creara la universidad en Río Cuarto, por eso nos llama y nos dice que él iba a acompañar a Ongania a la Fiesta Nacional del Trigo en Leones, y que iba a procurar contactarnos  con el Presidente para que sepa nuestra inquietud.

¿Qué hicieron entonces? 

No perdimos tiempo y vimos una gran posibilidad, entonces Inmediatamente nos reunimos y  preparamos un programa. Invitamos a todas las instituciones, tratamos de difundir la necesidad de ir a Leones  por diferentes medios, no teníamos idea de las personas  que podríamos concurrir, pero para el día sábado 8 de mayo logramos reunir 20 ómnibus, con estudiantes y riocuartenses de todas las edades. Antes  de los ómnibus había partido una caravana de cerca de 200 autos con carteles. Fue muy exitosa la convocatoria  en Leones había  más de mil trescientas personas de Río Cuarto. Es que había una gran inquietud y entusiasmo para pedir por la Universidad.

¿Y cuando llegaron a Leones cómo fueron recibidos? 

 — Muy Bien, llegando a Leones estaba el aeroclub y nosotros nos habíamos formado al costado,  cuando pasa la caravana con el Presidente, lo esperamos con paquetes de papel picado, carteles y mucho entusiasmo. Vimos que aterrizó  el avión presidencial y comenzaron los gritos, los aplausos, era todo una fiesta. El ingeniero Huerta que venía en el avión con Ongania nos contó que se quedó sorprendido y  que no entendía porque había tanta gente de Río Cuarto en Leones. Él le dijo que vea los carteles, que pedíamos la universidad.

¿ Y cómo sigue todo?

—  Salió todo muy bien. Cuando llegó la hora  de la cena en la localidad, estuvimos procurando que en algún momento se nos facilitara una entrevista con el Presidente. Así se dio, también por la gestión del ingeniero Huerta,  antes de la cena en un sector del salón se improvisó una reunión  muy breve pero muy importante para toda la gente de Río Cuarto. Esta reunión fue extraordinaria porque   nos permitió lograr  el objetivo, poner el tema de nuestra petición por la Universidad Nacional en el primer nivel de decisión. Fuimos breves, tal como nos habían solicitado, Ongania nos escuchó con mucha atención y  le entregamos al Presidente toda la documentación correspondiente.

También en aquel lugar  había un grupo muy reducido de personas, no de Río Cuarto,  que pedía casinos, nosotros dejamos en claro que pedíamos educación. Y también  allí  quedó la propuesta y la promesa de  que el Presidente vendría a Rio Cuarto.

¿Qué pasa cuando el Presidente llega a Río Cuarto?

 —  En realidad Ongania venía por la creación del monumento a Mansilla, pero el propósito era insistir en la creación de la universidad. Había gente que estaba en contra porque pensaban que estábamos contactando con gente que estaba en la dictadura.  Nosotros nunca apoyamos la dictadura  pero teníamos claro el objetivo y la lucha para conseguir la Universidad Nacional para la ciudad y eso es lo que nos movía.

Gracias Señor Victor Yoma. Ya el tiempo se nos acabó, seguiremos en un próximo encuentro para seguir redactando esta importante historia. 

—  Gracias a usted señor Bonetto.